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Educación de los educadores

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Jorge Grünberg
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Mejorar la educación es uno de los desafíos más importantes de nuestro país. Nuestras deficiencias educativas impactan en la competitividad de nuestras empresas, en el empleo de los ciudadanos y en la calidad de nuestra democracia.

El aprendizaje depende de numerosos factores, pero el más importante es la calidad de la docencia. Mejor docencia lleva a mayor y mejor aprendizaje; sobre esto existe consenso internacional.

La docencia en nuestro país a nivel secundario es ejercida por graduados o estudiantes de los institutos de formación docente y por otras personas con conocimientos de su disciplina pero sin formación docente. Los institutos de formación docente han educado a generaciones de profesores dedicados y talentosos. Sin embargo, la expansión de la cobertura de la educación uruguaya superó la capacidad de generación de nuevos docentes. Actualmente casi la mitad de los docentes del nivel secundario carecen de formación docente. En algunas materias (por ejemplo Matemática, Física, Inglés, Informática, Contabilidad) la mayoría de los docentes no son titulados.

La educación y por lo tanto la docencia han cambiado mucho en el siglo XXI. Los docentes deben responder a las necesidades de un alumnado mucho más diverso social y culturalmente. Muchos de los actuales alumnos son los primeros en sus familias en acceder a la enseñanza media. Los docentes deben poder comprender y atender las necesidades específicas de estos estudiantes cuyas familias no pueden muchas veces apoyarlos durante los procesos de aprendizaje.

La memorización ya no puede ser base de la enseñanza en la era de los buscadores. Los programas de estudios ya no pueden durar décadas cuando en muchas disciplinas el cambio científico y tecnológico vuelve obsoleto el conocimiento cada pocos años. Materias individuales enseñadas en compartimientos estancos por docentes aislados, ya no pueden ser el principio ordenador de una educación que prepare para el conocimiento interdisciplinario y el trabajo en equipo. La exposición oral no puede continuar siendo el enfoque pedagógico más utilizado en un mundo en el cual la enseñanza debe instilar curiosidad intelectual y espíritu de investigación.

La formación docente se está revisando internacionalmente con el objetivo de enfrentar estos desafíos. En Uruguay se mantiene incambiada en su estructura desde hace décadas. Algunos cambios más recientes se realizaron en 2008, pero la última reforma institucional fue realizada hace más de 20 años con la creación de los Centros Regionales de Profesores o CERP en 1996.

En el mundo existen dos grandes tipos de formación docente: concurrente y consecutiva. En el tipo concurrente la formación disciplinaria y la pedagógica se brindan al mismo tiempo. Este es el modelo uruguayo, los futuros docentes aprenden su disciplina (por ejemplo Matemática) al mismo tiempo que reciben formación pedagógica. En el tipo consecutivo los docentes se forman primero en sus disciplinas en las facultades universitarias que correspondan (por ejemplo realizan una Licenciatura en Matemática) y luego cursan un postgrado en donde reciben la formación pedagógica y didáctica.

Este modelo brinda una formación más prolongada (incluye tres o cuatro años de carrera universitaria seguidos de uno o dos años de postgrado), brinda mayores opciones laborales a estudiantes y graduados (ya que han obtenido una licenciatura universitaria con aplicación fuera de la enseñanza), prepara al docente para investigar al mismo nivel que los demás alumnos de postgrado, contribuye a fortalecer la valoración social del docente como profesional universitario y permite que el graduado comience a ejercer la docencia con un mayor grado de madurez personal por su edad y por el nivel de estudios cursados. Otra ventaja de este modelo de formación docente (licenciatura universitaria en la disciplina y postgrado en educación) es que permite un acceso rápido a la profesión docente a graduados universitarios que pueden cursar directamente el postgrado en educación. Esto es importante en nuestro país donde una proporción importante de la docencia de algunas materias es realizada por personas con conocimientos en su disciplina pero sin formación pedagógica.

La formación docente en el mundo se está organizando cada vez más de forma consecutiva (licenciatura universitaria y posteriormente postgrado en pedagogía) o por lo menos con esa opción. La peculiaridad de nuestro país es que ofrece únicamente el modelo de formación docente concurrente. Esto impide que personas con distintas formaciones y edades puedan ejercer la docencia, limitando la diversidad de perfiles docentes y perpetuando las carencias de profesores titulados.

Desde hace varios años los uruguayos estamos discutiendo sobre la posible creación de una nueva universidad dedicada a la formación docente (la "Universidad de la Educación"). Esta es la oportunidad para discutir los temas conceptuales sobre la formación de profesores para el siglo XXI. La eventual creación de una nueva institución y su forma de gobierno deberían surgir como consecuencia de las conclusiones de estas discusiones. La actual discusión sobre este proyecto se está desarrollando en un vacío conceptual que impide que sea parte de una estrategia nacional de mejora de la educación.

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