Publicidad

Mientras pasa la historia

Compartir esta noticia

Como se dijo alguna vez, es difícil entender la historia mientras está transcurriendo. El mundo cambió demasiado. El fin del socialismo diseñado a contrapelo de la historia, la comoditización de la producción industrial, la reducción de la pobreza, el movimiento del centro de gravedad hacia el Pacífico y el Asia, el resurgimiento de América Latina (AL) como gran proveedor de energía, minerales y alimentos. Africa que había quedado oculta, ahora se insinúa como la AL de los próximos años, lo que significará una nueva explosión de clases medias.

Como se dijo alguna vez, es difícil entender la historia mientras está transcurriendo. El mundo cambió demasiado. El fin del socialismo diseñado a contrapelo de la historia, la comoditización de la producción industrial, la reducción de la pobreza, el movimiento del centro de gravedad hacia el Pacífico y el Asia, el resurgimiento de América Latina (AL) como gran proveedor de energía, minerales y alimentos. Africa que había quedado oculta, ahora se insinúa como la AL de los próximos años, lo que significará una nueva explosión de clases medias.

Por su parte, AL puede repetir su historia. Se aumentó notablemente el gasto administrado por el estado, pero no se garantizó un proceso de desarrollo sostenible e integrador. Somos mas prósperos pero no mas desarrollados. La brecha social no se reduce y los métodos empleados para hacerlo no tienen los resultados prometidos. Los incentivos y la creación de capacidades no van en la dirección de alcanzar mayores libertades, convivencia y bienestar colectivo. El fracaso educativo es apenas la punta del iceberg que se acompaña por infinidad de deficiencias en la formación de capacidades. Los gobiernos que repartieron mas dinero –especialmente los exportadores de energía- crearon dinastías en el poder a la vez que se debilitó la oposición que no dispone ni de mejores proyectos ni de herramientas populistas.

Argentina, Venezuela, Ecuador o Bolivia –con sus peculiaridades- forman la delantera de los países con gobiernos dinásticos. Su supervivencia depende de aumentar cada día su gasto fiscal, estrategia que se agota cuando caen los precios de exportación lo cual es crítico en Argentina o Venezuela. Afortunadamente Uruguay está entre los países reconocidos por su mayor sensatez y con un sistema de partidos mejor articulado. Pero el barrio siempre termina golpeando.

Hemos progresado, pero los que estaban peor también lo hicieron y muchos se nos adelantaron. Nuestra sociedad ha cambiado y seguirá haciéndolo. Siguiendo el rumbo de los mejores países, habrá mas compromisos para los estados, los cuales tendrán mas responsabilidades de regulación, especialmente del ejercicio de los derechos y obligaciones de las personas y organizaciones. Se deberá atender con mejores estrategias, la complejidad de las políticas sociales buscando acelerar el cierre de la brecha de desigualdad en la línea de largada. Igual que cuando se cría un niño, siempre es un ejercicio de equilibrio lograr el balance entre lo que damos y lo que exigimos.

En AL las sociedades viven plagadas de conflictos y violencia. En nuestro caso, dirigentes de la mayor jerarquía fogonean el conflicto. Unos proclaman que se les odia y otros que pondrán nuevos impuestos solamente a los terratenientes. Son esfuerzos para dividir, para construir enemigos, fortalecer rupturas y obtener réditos demagógicos. Basta recordar que son los empresarios del campo los que sacaron la economía adelante a partir de 2002 cuando el resto de los negocios seguía cerrando las puertas. Varios estudios demuestran que los emprendimientos del campo son los que tienen los mayores efectos multiplicadores sobre el resto de la economía. Las declaraciones no crean desconfianza en los inversores extranjeros que firman contratos privilegiados pero sí lo hacen entre quienes manejan menos información y corren mayores riesgos.

SEGUIR
Joaquín Secco García

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

agroJoaquín Secco García

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad