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Javier García
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Es difícil creer en la espontaneidad de los acontecimientos cuando aparecen hechos de 20 años atrás sin que nadie se hubiera percatado antes.

El FA está en el gobierno hace 13 años y dirige el directorio del BROU desde ese entonces, con todos los archivos a su disposición. ¿No sabían? Surge, deliberadamente, la misma semana que se pide el procesamiento de ocho jerarcas de Ancap incluido Sendic y que aparecen encuestas que dan primero al Partido Nacional y muy mal al gobierno. Las casualidades en política no existen. Y la rapidez del Fiscal de Corte para intervenir tampoco es casualidad, sabe que todo está recontra prescripto pero actuó funcionalmente a decisiones político partidarias. Muy grave también. El Dr. Díaz está en campaña, es un fiscal militante. ¿El kirchnerismo judicial, con los llamados "carpetazos", cruzó el río?

Las prácticas irregulares o la corrupción de algún funcionario no diferencian a los partidos. El ejercicio del poder trae acarreadas personas que se aprovechan de eso. No hay un sistema político corrupto, sino algunos corruptos en la política. Los hubo, los hay y los habrá en todos los gobiernos.

La diferencia entre partidos está en cómo enfrentan los casos cuando aparecen, y cómo los sancionan. A pesar de la notoria operación política en torno a las tarjetas del BROU con sus funcionales ayudantes, eso no cambia la gravedad de los hechos.

Recordemos que hasta el día de hoy, pasados dos años de las denuncias de Ancap, el FA no tomó ninguna medida disciplinaria ni con sus dirigentes ni con Sendic. Tan así es que se discute si será candidato en la próxima elección.

Para que la comisión de ética del FA tomara cartas demoraron un año y aún no hay resolución disciplinaria.

En el caso del Partido Nacional alcanzó una hora para que se iniciara una batería de medidas políticas, disparara los mecanismos disciplinarios y se comenzara una investigación urgente que terminó la propia mañana de conocida la denuncia. El resultado fue que los aportes eran los habituales por los medios normales, nada extraordinario. Se pasó enseguida a la Comisión de Ética. Pero no se lo pasó administrativamente, sino con una declaración del Directorio donde se advierte que se tomarán medidas disciplinarias de acuerdo a la gravedad y la vergüenza que reviste lo sabido ahora. La carta orgánica de nuestro Partido prevé, como sanción máxima, la llamada "censura" partidaria que es el símil de la expulsión ya que inhabilita el uso del lema a quien se le aplica. Ayer el exdirector se adelantó a lo que iba a suceder y renunció al Partido Nacional.

Se suele decir, como formulismo, que vamos a actuar con la misma severidad con los propios que aquella que usamos con los ajenos. Y eso no es así. Con los nuestros somos más severos que con los otros, porque si no, no valdría y no tendríamos autoridad.

Si alguno pensó, aunque sea por un momento, que esto nos iba a enredar y dejaríamos por el camino principios y valores, se equivocó. Lo que ahora estaría bueno es que dijeran cuáles son las medidas que van a tomar con los suyos porque ahí hasta la Justicia ya actuó descubriendo peculados y abusos varios.

Nuestra casa está en orden, con dolor sí, con rabia también, con la vergüenza que haya pasado pero con la tranquilidad de actuar como se debe. Con firmeza y con valores. La bala era muy vieja y además les salió por la culata.

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