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La paz de Martínez

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Nuevamente Adeom logra un rotundo triunfo, y más poder, al lograr que el intendente Martínez firme un convenio que los montevideanos pagaremos caro. Ya en 2001 el exintendente Arana había firmado uno similar con el sindicato, cuando en el horizonte se veían las nubes de la crisis.

Nuevamente Adeom logra un rotundo triunfo, y más poder, al lograr que el intendente Martínez firme un convenio que los montevideanos pagaremos caro. Ya en 2001 el exintendente Arana había firmado uno similar con el sindicato, cuando en el horizonte se veían las nubes de la crisis.

Aquel también traía incluida la “mejora de gestión” que se usa ahora para explicar que este acuerdo es diferente. La historia es conocida: se vino el 2002, la crisis estalló y la Intendencia no pudo pagar lo acordado. Demandas múltiples de los trabajadores y el resultado final fueron decenas de millones de dólares que los montevideanos pagaron religiosamente.

Ahora el intendente Daniel Martínez recorre el mismo camino, a lo que le agrega la clave del poder sindical que es el compromiso de la presupuestación de funcionarios en número cercano a 1.000. Con un insólito compromiso: no solo entrarán a la planilla de la Intendencia en forma permanente aquellos trabajadores contratados desde años atrás, sino que se prevé hacer lo mismo con quienes aún no estuvieron ni un minuto prestando funciones y ni ingresaron todavía. En el literal c) del numeral quinto del acuerdo se establece que en marzo de 2018 se presupuestará a los que ingresen hasta el 31 de diciembre de… 2016. Estamos en junio, así que quedan seis meses para que siga entrando gente que sin existir aún como municipales ampliarán de por vida la plantilla de la Intendencia. Son personas que no pisaron la Intendencia, quizás ni sepan que algún día de aquí a fin de año la pisarán pero que apenas Adeom lo decida, y los elija, lo harán y pagaremos con nuestros impuestos.

Un enorme poder en las manos del sindicato que aumentará el gasto burocrático en una intendencia que destina más del 80% a sueldos y funcionamiento. Adeom no es culpable de esto, hace su juego y cumple su función.

No es el gremio quien tiene la responsabilidad de administrar los recursos públicos, eso es responsabilidad de Martínez y su equipo. Si el gremio logra que los ajustes salariales sean dos veces al año y por inflación pasada y adelantos a cuenta, mientras el resto de los trabajadores públicos los tienen anualmente y miles y miles de privados cada año y medio, bien por ellos. Tampoco son ellos que deciden hasta cuánto se agranda la plantilla de funcionarios con ese mecanismo insólito de presupuestar, entre otros, a los que no trabajan allí todavía. Sin la aprobación de Martínez no lo tendrían.

Lo increíble es que se haga en medio de una crisis económica cuando Vázquez y Astori envían un ajuste fiscal y sin embargo el intendente de la capital alegremente firma un convenio que compromete recursos que no tiene y que saldrán de los bolsillos de los contribuyentes.

La intendencia no puede levantar la basura y recurre a los militares, no tiene un peso para obras, tanto que apenas empezó su gestión endeudó más a la comuna con un fideicomiso; anuncia suba de boletos en forma semestral, con una crisis del transporte en puerta y pese a todo eso aumenta la plantilla con funcionarios que no precisa y asegura alegremente ajustes salariales extraordinarios comprando paz sindical a costillas (mejor dicho a bolsillo) de contribuyentes que pagan impuestos de primer mundo y reciben servicios de tercer o cuarto mundo.

Está bien que el FA quiera renovarse, pero que no nos hagan pagar a todos la candidatura de Martínez.

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Javier García

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