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La oposición hizo

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Javier García
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La diferencia entre los partidos políticos se extiende también a los estilos de militancia.

En el FA hay una tendencia a defender todo, hasta lo indefendible por el solo hecho de venir de allí. Llegar a eso no está bueno, pero sí ser correa de transmisión de lo positivo.

Los blancos somos más críticos y eso es un signo nuestro, a veces hasta el exceso. Pecamos, al revés de la izquierda, en ser muy austeros en reconocimientos. Llegamos a tener dos criterios, uno a la interna y otro con los de afuera.

Si los que discrepan son dirigentes nacionalistas es un cisma profundo. Si discuten Astori y Mujica, entonces es una genialidad frentista que busca barrer para adentro y hacer de oficialismo y oposición. Algunos dicen que por eso son unos cracks. Muchos ven en el debate ajeno una jugada de ajedrez electoral de estrategas consumados, sin embargo, el hipercriticismo entre nuestras filas no permite valorar, a veces, las cosas buenas. Es muy buena la autocrítica, no es bueno que escondamos las cosas que se hacen bien porque perdemos oportunidades, o que digamos lo que no es.

Escuchamos decir que no hay oposición, que no se enfrenta al oficialismo. ¿Es verdad? No, objetivamente no. Sendic no se levantó un día y pidió a gritos que lo investigaran por Ancap. No, fue la oposición, y dentro de ella el Partido Nacional (Delgado, Cardoso, Saravia) liderando. Cayó, en hecho histórico, el vicepresidente como fruto de eso, no de la casualidad. Antes fue Pluna, que terminó con varios procesados. Fue el trabajo del exsenador y actual intendente Moreira. Los negocios del Fondes y los que se hicieron con Venezuela terminaron en la Justicia por el trabajo persistente del diputado Rodrigo Goñi, de Jaime Trobo y del exrepresentante Gonzalo Mujica. La población se enteró de los escándalos de ASSE porque un trabajo metódico del diputado Lema le dio luz. Se está investigando, pero allí la oposición logró que se conociera el desquicio con que se manejaban los dineros públicos.

No hubo tema, grande o chico, que no fuera seguido por los partidos opositores, aún sin mayorías. Decenas y decenas de llamados a comisión, varias interpelaciones, la última la realizada a cinco ministros sobre UPM por Lacalle Pou que permitió que se conociera los extremos de un contrato que si lo hubiera firmado otro gobierno hoy estarían el FA y el Pit-Cnt en las calles. Cientos de proyectos de ley presentados sabiendo que el gobierno no escucha ni admite opinión ajena. En materia de seguridad se le presentaron al presidente 30 proyectos en diez capítulos. Pudo ser mejor, sí. Pero no fue poco. Lo que faltó no fue oposición.

Lo que tuvimos fue un Frente Amplio con poder absoluto que se llevó a golpe de leyes inconstitucionales, clientelismo, impuestos y tarifazos las oportunidades que perdimos. Vázquez es el rey de los impuestos. Será recordado, también, como el primer presidente que se negó a hablar, a simplemente dialogar, con la oposición. Ausente a la hora del acuerdo, no fue republicano. Monologuista, achicó la presidencia a pactos internos de comité y entregó la política exterior al Plenario del FA. Dice que la oposición no tiene "agenda" (no habla con Lacalle Pou pero se ve que lo escucha y copia). Sin embargo, si fuera tan débil no se explica por qué Vázquez huyó del diálogo, se fugó. En 2017, nuevamente, lo que faltó no fue oposición, fue gobierno. Feliz año.

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