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El miedo a las carpetas

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JAVIER GARCÍA
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Cuesta explicar el grado de agresividad que emana del FA. Solo algo muy concreto, ajeno a los programas y lejos del debate político, lo puede explicar: el miedo a las auditorías.

El temor a que se sepa el contenido de varias carpetas que esconden, seguramente en varias oficinas, cosas mal hechas y comprometedoras. La sola mención de que se va a auditar cómo se administró el Estado genera miedo a sus resultados. No debería ser así, porque es normal o debería serlo la alternancia en el poder, y tener claro que alguien vendrá después a seguir la gestión y conocerá cómo se administró antes. Pero 15 años de continuo, con varios que ya tenían otros tantos de gestión en la Intendencia de Montevideo, les hizo pensar en la eternidad del FA y la impunidad en la gestión se hizo carne.

El candidato del gobierno está en una muy mala posición, aislado y sin partido que lo respalde. Esta semana hizo dos declaraciones que confirman esto: por un lado afirmó, inútilmente, que él no es candidato del gobierno, sino del FA. Como si haber sido ministro, presidente de Ancap y senador oficialista, además de intendente, no alcancen para definirse como oficialista. ¿El gobierno actual es huérfano y no tiene candidato? Martínez es no solo el candidato del gobierno en términos genéricos, es el candidato de Bonomi, de María Julia Muñoz, de Murro, del caído a los abismos de Javier Miranda, del 10% de desempleo, del endeudamiento monstruoso que dejan, de todo eso y mucho más. Es el candidato de la regasificadora, del puerto de aguas profundas, de Aratirí, Pluna, de los negocios con Venezuela, de la violencia impune y del escándalo de Ancap, el cual conoce bien. No se quiere hacer cargo de su gobierno. Difícil que tenga éxito en esta alquimia. Su problema principal es que la sociedad parece no verlo preparado para la presidencia. No pudo resolver la recolección de basura en Montevideo y quiere solucionar los problemas del país. Está bravo.

Pero por si fuera poco su endeblez y aislamiento, ya adelantó, en una declaración que demuestra su estado de ánimo, que no descarta presentarse si es derrotado a la reelección de Intendente de la capital.

Ante todo esto su partido le soltó la mano y nadie habla de él desde su coalición oficialista. Los únicos que salen son los ministros y jerarcas que recorren el país como nunca lo hicieron en cinco años, y declaran y tiran barro en baldes con una desesperación sospechosa. Notoriamente no defienden su gestión, porque poco hay para mostrar, lo que tienen es la desesperación a las carpetas. A que muchas de ellas se abran por el auditor y vean manejos turbios o licitaciones oscuras o vaya a saber qué artilugio para saltar un control o favorecer a amigos y compañeros. Porque de lo contrario saldrían a pedir el voto para seguir teniendo un Uruguay seguro, educado y con trabajo como hasta ahora. Cosa que obviamente no pueden mostrar. Eso explica el grado de agresividad y de insulto cargado de adjetivos que se escucha de sus bocas.

El compromiso del Partido Nacional que más les preocupa no es económico, ni social, es ético: es que Lacalle Pou anunciara que a partir del 1º de marzo entran los auditores a las oficinas.

El poder se les pegó en las manos y temen por perderlo. Los elásticos de las carpetas son el último eslabón de una cadena de impunidad que puede quedar al descubierto. Es inútil, se abrirán.

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