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La fotofobia

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La fotofobia es un síntoma caracterizado por el rechazo o la intolerancia a la luz. Eso en términos políticos le está ocurriendo al gobierno: le tiene rechazo a la claridad.

La fotofobia es un síntoma caracterizado por el rechazo o la intolerancia a la luz. Eso en términos políticos le está ocurriendo al gobierno: le tiene rechazo a la claridad.

Para evitarla se tapa los ojos y se los quiere tapar a la oposición. A noventa días de iniciado el gobierno tres episodios muestran este problema. Intentar convencer a la gente de que “aquí no pasó nada” es una enfermedad que sufren los gobiernos frentistas.

Nuestro compañero el diputado Rodrigo Goñi hizo una seria denuncia sobre el manejo de millones de dólares en la administración del Fondes. Una de ellas particularmente involucraba a una imprenta del departamento de Colonia a la que el Fondes asistió con seis millones de dólares que sirvieron para pagar deudas, luego de lo cual la imprenta cerró. Quiere decir que todos los uruguayos le pagamos las deudas a una persona a través de un instituto que debería estar para promover procesos productivos y no para salvar fracasos empresariales y deudas personales. Con su IRPF los uruguayos se hicieron cargo de “los clavos” que dejó alguien a quien no conocen. Es obvio que atrás de eso hay política, no impulso productivo. El Partido Nacional pidió una Comisión Investigadora para saber qué pasó pero además para que no se repitan con la nueva ley del Fondes estos pagos oscuros. La reacción genética del oficialismo fue negarse, taparse los ojos de fenómenos que huelen a corrupción e intentar tapárselos a los demás. Rechazan la claridad, es su propia fotofobia política.

A pocos días de eso sorpresivamente la presidencia informa que le van a comprar un avión a Vázquez para sus giras por la región. La intención puede ser legítima, lo que no es legítimo es la forma que quieren hacerlo. En un negocio cada vez más oscuro, con un avión de cuarenta años de antigüedad, a un precio que duplica los precios del mercado para ese mismo avión, en forma directa y sin licitación y a un dueño que parece ser muy cercano al gobierno y sobre todo cercano a algún amigo personal y asesor del presidente. Es una gauchada entre socios-amigos, pagada con dineros públicos. Así no. Apenas pedimos informes el ministerio de Economía se lavó las manos y dice que es un tema del ministerio de Defensa y desde allí dicen que está todo bien, aunque no informan nada. Es la segunda fotofobia en una semana.

Como si fuera poco, la mayoría oficialista con sus votos aprobó sacar todo el tema deporte del ministerio que compartía con Turismo y crear una superestructura en la presidencia de la República. Además de inconstitucional como bien asesoró el Dr. Daniel H. Martins a nuestra bancada, el colocar allí esa dependencia la pone a salvo de todo contralor parlamentario. El deporte es un ámbito donde se maneja mucho poder y también mucho dinero. Una actividad tan vital es centro de poderosos intereses que se mueven alrededor de ella. Está a la vista la corrupción universal que por estos días se conoce en la FIFA con ramificaciones en Uruguay. Lo lógico sería no restringir el control sino promoverlo para curarse en salud. Sin embargo en pleno escándalo la señal es que se blindará a este organismo en la presidencia lejos de las miradas indiscretas. La tercera fotofobia oficialista. Nadie está a salvo de la corrupción, por eso lo inteligente es prevenirla. Este gobierno empieza a tener problemas de caja, y no quiere evitar los de la mano en la lata.

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Javier García

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