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Un nuevo capitalismo (I)

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isabelle chaquiriand
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Con más o menos precisión, la mayoría de las personas tenemos una vaga idea de lo que significa e implica el modelo económico capitalista. Sin embargo, a lo largo de los años, este concepto ha ido evolucionando.

En 1776 Adam Smith, conocido como el padre de la economía moderna, publica su obra “La riqueza de las naciones” donde establece las bases del capitalismo, aunque el concepto fue utilizado por primera vez por Karl Marx para describir la “elite de la sociedad burguesa”, aquella que poseía y controlaba los “recursos de capital de la sociedad”.

Durante el período de las grandes guerras mundiales, con el hundimiento económico y político del viejo continente que había sido durante casi cinco siglos el núcleo dinámico del desarrollo cultural, tecnológico y económico mundial, surgen EEUU y de la URSS como grandes potencias.

Comienza ahí una etapa de capitalismo liderado por los americanos, que a partir de la depresión de los años ‘30 y del New Deal, pasa a caracterizarse por el intervencionismo estatal y las políticas sociales, dando lugar al Estado de Bienestar de la posguerra, del que nuestro país fue pionero con el modelo Batllista.

Tras la crisis de 1974-1975 se agota esa versión, también conocido como capitalismo fordista-keynesiano, dejando paso a un mayor liberalismo económico y la globalización, la que no estuvo exenta de dificultades. Hasta que en 2008 la crisis financiera internacional fue el siguiente punto de inflexión, dejando ver varios desafíos de este régimen de caracter social, más allá de los económicos. Muchos dudaron por ese entonces si no se habría agotado el modelo y plantearon la necesidad de un nuevo régimen que guiara la economía mundial.

A eso se sumaron desafíos como el cambio climático, que empezaron a ser señales de alerta de un mundo y una economía que tenía que cambiar su forma de hacer las cosas.

No se había llegado a una respuesta clara, cuando llegó la pandemia. Estos dos años de crísis sanitaria global han acentuado el cuestionamiento del modelo de ganar dinero sin tener en cuenta lo demás.

Pero de a poco, se va construyendo una respuesta. El Foro Económico Mundial (WEF) de Davos en 2020, ha reforzado su compromiso de empujar hacia una “reforma” del sistema económico capitalista, virando hacia otro más sostenible, equitativo y justo. “El capitalismo ha descuidado el hecho de que una empresa es un organismo social además de un ente con fines de lucro. Esto, sumado a la presión del sector financiero para la obtención de resultados a corto plazo, ha hecho que el capitalismo esté cada vez más desconectado de la economía real”, afirmó Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo de WEF.

En ese foro se planteó el surgimiento de un modelo económico en el que el objetivo de las compañías no solo responda ante sus accionistas, sino hacia toda la sociedad.

Una profunda transformación de los modelos de producción y de consumo de nuestras economías que, como estamos viendo ya, requiere que empresarios y directivos estén persuadidos de la importancia del medioambiente y el propósito de sus empresas en un mundo cada vez más interrelacionado.

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