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Entregado y ofuscado

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Ignacio Sienra
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El descalabro de la imagen presidencial en particular, y del gobierno todo a que venimos haciendo referencia, es cada vez más profundo y grave.

Tabaré Vázquez no pega una. Llegó el avión multipropósito el que, únicamente mediante una obra de ingeniería mecánica, podrá transportar una camilla. El nepotismo exacerbado de él y su gobierno ha escalado a niveles vergonzosos. No vale la pena abundar. Hay episodios muy tristes. La gente ya lo sabe y aguanta porque no tiene más remedio. Lo que más sorprende es cómo la soberbia ciega a la gente. La historia es implacable; la justicia llega. Las facturas llegan siempre. Y todos van a pagar sus excesos.

En el agro erró y feo, los cajeros automáticos se los afanan a diario, y la gente anda sin un mango y de muy mal humor con su inclusión financiera, que es un atropello total a la gente, invade principios constitucionales y favorece a los Bancos como ninguna —parece redactada por ellos. No fue a la asunción de Piñera, ¿en qué está pensando Vázquez? No llegan inversiones inmobiliarias por las trabas vigentes, y lo peor de todo es que ya no se le ocurre nada que pueda ser de utilidad o justificar los casi dos años que le quedan. Más grave que la tirria de Vázquez es, sin dudas, la situación de inseguridad y la ola de delitos que abruma a la sociedad uruguaya. La policía se muestra patéticamente inoperante e ineficaz.

Obviamente lo que falla es la cúpula: Bonomi y Jorge Vázquez. Las credenciales del primero son el haber estado del lado del delito, y las del segundo, es ser hermano del presidente.

¿Hasta cuándo tenemos que esperar un golpe de timón en el tema seguridad? ¿Qué más debe ocurrir en Uruguay para que se tomen medidas en esta materia? A la luz de las capacidades —o incapacidades— de las autoridades no sorprende, pero hay una responsabilidad jerárquica del presidente. Está muy bien lo de ASSE, pero esto es mucho más grave. Es una ola de delitos, homicidios, hurtos y rapiñas totalmente desenfrenada, descarrilada. Hace un tiempo convocó a una comisión de seguridad que trabajó, presentó ideas, ¿y qué se hizo al respecto? Nada. Todo cajoneado. ¡Fue solo humo!

Vázquez va a ser recordado por la inoperancia de este, su segundo período de gobierno. Alarmante falta de poder lo ha dejado en una posición de figura nominal, cuyo ámbito de decisión y poder está sumamente limitado por la falta de respaldo de fuerzas mayoritarias en su partido. Y Vázquez lo sabe. Pero ni le importa ni le da vergüenza. Tampoco tiene el coraje para buscar las mayorías y acuerdos fuera de su partido, para poder tomar las medidas que pide la enorme mayoría de la ciudadanía.

Nadie lo acusaría de blando, de pusilánime si diera ese paso. Se respetaría su autoridad, su investidura y se acompañarían las medidas lógicas que hay que implementar. La mano de la oposición está tendida hace rato. Y el presidente la ignora. Habla de viajar a buscar acuerdos comerciales.

Señor presidente, no es el momento. Van trece años de fracasos en acuerdos comerciales. Pasó el tren de los TLC más importantes. ¡Ya fue!

Pompitas de jabón es mucho más que el humo negro que Ud. desparrama a diestra y siniestra. Aún está a tiempo Vázquez. Estamos de paso. Deje algo para sus nietos. Y póngale alegría a su gestión.

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