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Se acabó

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Ignacio Sienra
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En estos días he tenido el placer de reunirme con una persona a quien aprecio muchísimo, a la vez que admiro su inteligencia. Me fui a su casa a media tarde a hablar de un tema puntual ajeno a la política, y derivamos en algún momento hacia la política.

Para empezar, estuvimos ambos de acuerdo en que las próximas elecciones nacionales serán las más importantes de la historia de nuestro país. Si no viene el cambio va a ser una verdadera catástrofe. Es la que va a decidir si seguimos por este tenebroso camino catapultados hacia el abismo.

No obstante, somos optimistas de que es cada vez más difícil un nuevo gobierno del Frente Amplio. Repasamos: el actual presidente, burgués no prematuro, está absolutamente ausente. Lo estuvo durante casi todo este periodo, pero los últimos meses mucho más; ha estado groseramente ausente. Dicen los paisanos de Colonia, que conocen como nadie estas cosas, que ven pasar bien seguido el helicóptero del presidente rumbo a Anchorena por los mismos lares, de ida y de vuelta. Entregado. También estará ausente, una vez más vejado, el Cr. Astori, quien más allá de su maldad intrínseca, ofrecía alguna mínima garantía de manejo de los números, en donde es insustituible. El ex presidente Mujica, también se ha mostrado cauto, y no quiere olas. Sabe que la mano viene muy pesada y ya está más para su retiro, la película y el nobel que para hacerse cargo de la triste realidad que construyó y luego legó; los locos no mascan vidrio.

Si a este panorama le agregamos que Bonomi y Jorge Vázquez estarán hasta el final al frente de la inseguridad, ¿que más necesita el ciudadano uruguayo para optar por el cambio? Han metido la mano en la lata por todas partes. No paran de saltar irregularidades.

La tasa de desempleo creciendo, la deuda exacerbada.

¿Quien será el candidato? ¿Martínez? no reúne apoyo: saque el pie del acelerador, la vuelta ha terminado Martínez. Del Frente Amplio duro, solo queda la resaca.

La ultima apreciación: el continente está enterrando los modelos populistas que han llevado a la miseria a Venezuela y Bolivia, han golpeado salvajemente a Brasil y Argentina, a Ecuador a Nicaragua, ni hablar a Cuba.

Para redondear, el modelo esta perimido. Depende ahora del esfuerzo de la oposición, del trabajo, del mensaje común para terminar con esto, con matices, pero unidos bajo una plataforma común. Lo venimos diciendo hace tiempo. Pero hoy lo vemos como algo necesario y posible. Seguridad en serio, educación en serio, recorte del gasto, política internacional, combate a la indigencia; no nos dejemos engañar más. Una vuelta por Montevideo a las 12 de la noche o a las 8 de la mañana y patéticamente tenemos miles de uruguayos durmiendo en la calle. ¿Que encuestas sobre esto? ¡Nada! En Montevideo cada cual ve todos los días este fenómeno tristísimo, de ciudadanos jóvenes en cada barrio donde vive. Es la hora de la oposición inteligente. Hay gritos de unión, muy buenos, de gente como nosotros, de afuera. Hemos comprendido que la política es más complicada de lo que creíamos. Pero también vemos con buenos ojos que todos han asumido el momento crítico. Si no va a haber unión que haya denominador común en temas básicos. Y para Montevideo, Concertación.

Sería muy buena cosa. Y confiamos.

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