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Promesas electorales

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Va arrancando la campaña electoral. Y también las promesas electorales. Hay algo de irónico en esto: la gente quiere oír de los candidatos "propuestas" y dice que los juzgará por ellas. Pero luego, cuando uno resulta electo, la gente rebautiza esas "propuestas" como "promesas" e inmediatamente acusa al candidato de mentir.

Si no presionaran a los candidatos para que "hagan propuestas" es probable que ocurran menos mentiras.

Una advertencia práctica, nacida de la experiencia. Para no dejarse engrupir de cara a la elección (salvo por deseo expreso, lo que ocurre frecuentemente), además de analizar el contenido de las tales propuestas, hay que averiguar cuanti coistan y cómo será que el candidato piensa pagarlas.

Porque va a haber menos plata. Bastante menos.

El Dr. Vázquez, para poner un ejemplo al azar, ha dicho que no debatirá y que se dedicará a explicar el programa del FA. Todo bien, si la explicación incluye cómo habrá de bancarse.

¿Cuál es la

Va arrancando la campaña electoral. Y también las promesas electorales. Hay algo de irónico en esto: la gente quiere oír de los candidatos "propuestas" y dice que los juzgará por ellas. Pero luego, cuando uno resulta electo, la gente rebautiza esas "propuestas" como "promesas" e inmediatamente acusa al candidato de mentir.

Si no presionaran a los candidatos para que "hagan propuestas" es probable que ocurran menos mentiras.

Una advertencia práctica, nacida de la experiencia. Para no dejarse engrupir de cara a la elección (salvo por deseo expreso, lo que ocurre frecuentemente), además de analizar el contenido de las tales propuestas, hay que averiguar cuanti coistan y cómo será que el candidato piensa pagarlas.

Porque va a haber menos plata. Bastante menos.

El Dr. Vázquez, para poner un ejemplo al azar, ha dicho que no debatirá y que se dedicará a explicar el programa del FA. Todo bien, si la explicación incluye cómo habrá de bancarse.

¿Cuál es la realidad? Que hemos crecido casi diez años por encima de nuestra performance histórica y debido a factores que provocaron los mismos resultados en casi todos los países emergentes "normales" (excluyendo Venezuela, Cuba y similares).

Eso permitió aumentar impuestos y mejorar la recaudación de los existentes, haciendo que el Estado tuviera una torta adicional de plata para gastar.

Y lo hizo. Tan bien, que no guardó nada. Es más, aun entrándole muchísimo dinero adicional se las arregló para gastar en exceso.

¿El futuro? Menos crecimiento, menos recaudación pero no menos gasto público.

Conclusión: será imposible mantener el gasto actual (olvídate de propuestas innovadoras) sin hacer una de tres cosas: 1) Aumentar impuestos; 2) Aumentar la inflación (que es un impuesto), 3) aumentar el endeudamiento (que después se paga con ….) O, claro, las tres a la vez.

Tengamos presente, además, que en los últimos años se ha hecho poco en materia de infraestructura. A lo que se sumará un mayor gasto por aumento del desempleo y la estropada corporativa, de difícil contención.

Como los políticos no son bobos, hay algunas gambetas que se utilizan para no tener que contestar de frente a las preguntas económicas concretas.

Hasta hay un lenguaje especial, que la izquierda creó con el fin de marear la coneja.

¿Quién no ha oído hablar de "renuncia fiscal", o "espacio fiscal"? En El País del martes leí otra expresión: "gasto tributario". ¿Qué podrá querer decir? Pues leyendo manifestaciones de un jerarca de la DGI, pude ver cómo es la cosa.

Están "estudiando … cómo generar espacio fiscal para avanzar más con las políticas en educación, salud y vivienda" (pag. A 11)

¿Cómo?

Malabarismo 1: reducir lo que el Estado "resigna" de recaudar.
¿Dónde están esos sacrificios que hoy hace el Estado y que podrían discontinuarse sin que le duela a nadie? "La mayor parte de esa resignación fiscal es por rentas generadas en zonas francas y proyectos de inversión que fueron promovidos por el P.E …" Después vendría el sacrificio que el Estado hace declarando exentos del IPAT algunos activos y el patrimonio en zonas francas y, en tercer lugar, la exoneración de IRPF a los Fondos de Ahorro Previsional y parcialmente, a los trabajadores independientes.

También concluyen que el "gasto tributario" (?) en IVA explica la mayor parte de la "pérdida fiscal" y ello por "el costo de gravar determinados bienes y servicios a la tasa mínima (10%) en vez de la básica (22%)".

Simple ¿verdad? Basta con que el Estado deje de sacrificarse tanto.

¡Ah sí? Veamos:

1.- Derogar la ley de zonas francas. Repercusiones: a) juicios contra el estado; b) fuga de actividades a otros países.

2.- Terminar con la promoción de inversiones: también se terminarán las inversiones. Recaudación adicional? Cero.

3.- Modificar la base imponible del IPAT: equivale a aumentar el impuesto (uno de los más nocivos del sistema).

4.- Eliminar exoneraciones IRPF: aumento del Impuesto y reducción de los ingresos previsionales y de los trabajadores independientes.

5.- Eliminar o reducir el IVA de tasa mínima: equivale a aumentar el impuesto y con ello el peso tributario, sobre todo a la gente de menos ingresos.

Malabarismo 2: Decir que se conseguirá más plata por la vía de reducir la evasión. Solo que: a) también eso equivale a aumentar la carga tributaria, lo que generalmente provoca una de tres consecuencias: i/- Aumento de precios, ii/- reducción de salarios o iii/- cese de actividades; b) Combatir la evasión es particularmente difícil cuando la economía se contrae.
Malabarismo 3: Vamos a ahorrar en gasto público. ¡Ja!

Dos reflexiones finales.

I.- Junto con las propuestas - promesas que afloran en épocas electorales, estamos viviendo una colosal tergiversación de conceptos: como si el Estado fuera una entidad con vida propia que tiene derecho a hacer plata y cuanto más, mejor. Hemos perdido el orden natural de las cosas y dejamos que nos coloquen por delante a los impuestos como bienes en sí mismo, cuando el único sentido y justificación de un impuesto es la necesidad de financiar gastos que la sociedad ha aprobado.

Empecemos por el gasto. Por ver cuánto resigna y sacrifica la gente en aras de qué y no el mundo al revés.

II.- El segundo dislate a la hora de las propuestas- promesas es olvidar la performance de nuestro estado uruguayo.

¿Qué me vienen a querer sacarme más plata cuando tengo que pagarme aparte la seguridad, la salud y la educación, vivo en una ciudad sucia, la mayoría de las carreteras son muy malas, pago el combustible más caro del mundo y el carro del supermercado también?

Paren la oreja.

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Ignacio De Posadas

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