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Desmitificando mulas

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Otra vez, figuras del Frente Amplio han vuelto sobre dos de sus fábulas preferidas: 1º que, los gobiernos anteriores se dedicaron a hacer del país una plaza financiera, cosa muy perjudicial y, 2º que el país “productivo” nunca antes existió. Nació con el F.A.

Otra vez, figuras del Frente Amplio han vuelto sobre dos de sus fábulas preferidas: 1º que, los gobiernos anteriores se dedicaron a hacer del país una plaza financiera, cosa muy perjudicial y, 2º que el país “productivo” nunca antes existió. Nació con el F.A.

Y la gente se lo cree, (hasta ellos mismos, luego de tanto repetir).
Empecemos con un poco de sentido común: ¿en qué habría constituido esa apuesta de Blancos y Colorados por algo llamado “Plaza Financiera”?

Desdel otro ángulo, que es una tal plaza? ¿Cuál fue la apuesta? ¿Qué se sacrificó para la jugada? ¿Qué se hizo de diferente?
¿Exoneraciones tributarias específicas a bancos y similares? No.
¿Protección arancelaria o para arancelaria, como tienen el agro y la industria? No.

¿Menores cargas sociales? No

¿Normas laborales más benignas? No.

¿Un régimen tributario especial, como tienen la forestación, el turismo, la hotelería u otros? No.

¿Subsidios, como se le está dando a la construcción? NO

¿Préstamos blandos y garantías estatales? Tampoco.

Entonces, en qué habría consistido esa preferencia tan dañina que creó algo tan horrible, en detrimento de las actividades “genuinas”? ¿Qué se le sacó a éstas para darle a los bancos? Nada, por lo visto.

Resta entonces saber por qué es nefasto ser “plaza financiera”
¿Qué es eso? Así llaman a Londres, a Frankfurt, a Zurich, a Nueva York y no parece que sean lugares horribles, de sufrimiento y ruina para su gente.

¿Qué tiene de malo? ¿Polución? ¿Trabajo insalubre o indigno? ¿Depredación de la tierra?

Esto es bien curioso porque, además, uno de los coros que acompañan a los actores principales de esta farsa es el de los dirigentes de AEBU. Gracias, en buena medida a ellos, el Uruguay pasó de tener más de cuarenta mil trabajadores en el sector financiero – de los mejores pagos (aun cuando pasan a ser pasivos) del país, (trabajando menos horas), a algo de diez u once mil y en contínua reducción.

Más irónico aún es recordar que hoy esa actividad, entre sospechosa y degradante, está mayoritariamente en manos del Estado (administrado por el FA).

Concluyendo, por haberse tragado esa pastilla el Uruguay ha perdido miles de muy buenos puestos de trabajo y una importante fuente de riqueza para el país.

Que no requiere de costos fiscales ni regulatorios para su desarrollo.
Es más, tiene la ventaja adicional de no depender de la pequeñez estructural de nuestro mercado. Eso sí, no puede escapar a su pequeñez intelectual cuando es ejercida activamente en política.

En cuanto a que el Frente inventó el país “productivo”, bastan para desmitificar la mula unos pocos numeritos referidos al período de gobierno que me tocó ayudar.

Habiendo recibido un país estancado, con un déficit fiscal promedio del 6% para el período anterior, una inflación del 130%, “una situación fiscal y de pagos que apunta a ser crítica…”, que “puede generar una situación de difícil control…”, riesgos de “descontrol cambiario e incapacidad de pagos…” e “inflaciones… inmanejables” (informe del saliente presidente del BCU), el gobierno Lacalle mostró:

- Crecimiento del Producto: 1990: 1%; 1991: 3,2%; 1992: 7,9%; 1993: 3% y 1994: 6,8%.

El producto del sector agropecuario creció promedialmente un 4 % por año.

- Inversión doméstica: subió del 11% al 14 ½ %. En maquinaria y equipos promedió 11% por año.

- La inflación bajó un 73%, calzando una tendencia a la baja que sólo se quebró estos últimos años.

- El salario real aumentó un 4,5 % por año y el del sector privado el 8,5%.
- El número de funcionarios públicos se redujo en 5 %.

- La inversión en seguridad social –como gusta llamarse ahora- aumentó, (como consecuencia de la reforma constitucional del 89 y las reiteradas negativas del Frente y parte del Partido Colorado a votar reformas al sistema de Seguridad Social): 4 % del PBI.

- La deuda externa bajó del 56% al 33% del producto y la pública del 46% al 25%.

- Por último el país, en medio de un proceso de liberación comercial aumentó sus exportaciones más de un 40%.

Son datos del FMI.

Se les pueden sumar otras cosas, como una inversión en infraestructura varias veces superior a la efectuada durante esta administración, la desregulación de muchos subsectores del agro y el renacimiento explosivo de la actividad portuaria, para mencionar sólo algunas.

Nada mal para un gobierno neoliberal, que apostaba a la plaza financiera y no entendía lo que es ser productivo.

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Ignacio De Posadas

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