Publicidad

Defender la sustentabilidad

Compartir esta noticia

El gobierno sigue apoyando la realización del proyecto de minería de hierro a cielo abierto en el noroeste del país. Aferrado exclusivamente al argumento económico de que dicha explotación le dejará mucho dinero a las arcas del país, parece desconocer lo que marca la realidad: los yacimientos uruguayos son de bajísima concentración (26%) cuando la rentabilidad internacional sitúa ese porcentaje en 60, y además el precio internacional del hierro está por el piso y sin ninguna expectativa que sube en el corto plazo.

El gobierno sigue apoyando la realización del proyecto de minería de hierro a cielo abierto en el noroeste del país. Aferrado exclusivamente al argumento económico de que dicha explotación le dejará mucho dinero a las arcas del país, parece desconocer lo que marca la realidad: los yacimientos uruguayos son de bajísima concentración (26%) cuando la rentabilidad internacional sitúa ese porcentaje en 60, y además el precio internacional del hierro está por el piso y sin ninguna expectativa que sube en el corto plazo.

Ignora el desnivel notorio del fiel de la balanza que se produce cuando colocamos los beneficios del proyecto en uno de los platos y los perjuicios en el otro.

Está claro que hoy la explotación de estos recursos no es rentable, por lo tanto el argumento del dinero que le quedaría al país se diluye. La generación de trabajo finalizará en el preciso instante que cese la extracción, o sea en unos 15 a 18 años del inicio. En los años de actividad, aumentarán las exportaciones del país. En el plato de los perjuicios debemos colocar:

1) La destrucción de un recurso natural renovable como el suelo (fertilidad) -que bien aprovechado consolidad el desarrollo sustentable de la región. La extracción metalífera de Valentines implica explotar el suelo y el subsuelo, moler la roca para extraer el hierro. Después de eso solo queda esterilidad y grandes cráteres. Para tener una idea, la mina de Uría tendrá 3 kilómetros de largo por 600 metros de ancho y 350 metros de profundidad. La Mulero, 1,4 km de largo, 700 metros de ancho y 200 metros de profundidad. La Maidana, 1,4 km de largo, 500 metros de ancho y 300 metros de profundidad; la Las Palmas, 4 km de largo, 1 km de ancho y 380 metros de profundidad. La mina Morochos, 3 km de largo, 800 metros de diámetro y 350 metros de profundidad.

2) Destrucción del ecosistema original: suelo, perfil orgánico, fauna y flora.

3) Grave deterioro de los recursos hidrológicos -aguas superficiales, napas y acuíferos.

4) Dramático cambio del paisaje.

5) Acumulación de descartes de roca formando enormes montículos de estériles que allí quedarán.

6) Las represas de relaves, que según el proyecto ocuparán una superficie total de 2.400 has y 50 metros de altura; conteniendo aguas muy contaminadas.

7) Elevada contaminación sonora producida por el uso de 43.000 toneladas al año de explosivos para moler la roca. Afectará a 3 o 4 kilómetros a la redonda.

8) Contaminación del aire y de todo a su paso por los enormes volúmenes de polvo y partículas que se esparcirán por el aire debido a la pulverización de la roca. Afectará la salud ambiental de la zona, dependiendo de los vientos del momento, desde luego perjudicando la salud y la actividad agropecuaria.

9) Al finalizar la explotación la empresa dejará los enormes cráteres a cielo abierto, así como los cerros de escombros y las represas de relaves. Siendo presidente Mujica llego a decir al irse la empresa dejaría todo como estaba antes.

Pocos proyectos de gran envergadura se presentan tan desfavorables para el país como este; generando una fuerte resistencia social y la actuación de varias Juntas Departamentales declarando sus jurisdicciones “libre de megaminería”.

SEGUIR
Hernán Sorhuet Gelós

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad