Lo que hasta hace unas pocas décadas era un fenómeno raro y muy esporádico en el país, desde hace un tiempo constituye una realidad anual permanente.
Nos referimos a la presencia de las llamadas “algas verdes” en las orillas de la costa platense y oceánica de nuestro país, percibidas como una resaca verde, que se acumula en las playas y en las zonas rocosas.
Como se sabe, se trata de una extraordinaria floración de algas microscópicas o cianobacterias, provocada por la elevada presencia en las aguas de nutrientes inorgánicos -en especial nitrógeno y fósforo-, provenientes de las actividades humanas (por el uso abusivo de agroquímicos, efluentes cloacales e industriales), en períodos cálidos.
Investigadores y técnicos de las facultades de Ciencias, Veterinaria y Química de la Udelar, de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos del Mvotma y del Instituto Clemente Estable han estudiado este fenómeno, y advierten que lo más peligroso es que las cianobacterias producen microcistinas, una toxina que ataca al hígado humano, y además es cancerígena.
Por esa razón, ante la presencia de “algas verdes” en la orilla y en el agua, se debe evitar todo contacto con ellas. Sabemos que en la temporada estival esta restricción no se cumple cabalmente, aunque los guardavidas coloquen la bandera de peligro.
La primera vez que se registró su presencia en el Río de la Plata fue hace veinte años. Pero desde entonces el fenómeno se ha ido incrementando, siendo la de este verano la floración más impactante; se extendió a lo largo de 500 kilómetros de nuestra costa, desde Carmelo hasta Rocha, y su presencia se mantuvo cuatro meses.
En ese sentido hay que señalar que las costas nacionales han recibido niveles superiores de contaminación de fósforo y nitrógeno con respecto de años anteriores, debido a que las elevadas precipitaciones registradas en el país aumentan el aportes de aguas de sus tributarios.
El estudio realizados por las instituciones mencionadas señala que las sustancias químicas utilizadas en la producción agropecuaria llegan en forma directa y difusa a los cuerpos de agua por escorrentía, mientras que los desechos de asentamiento humanos llegan en forma puntual, y ambos quedan disponibles como nutrientes para las microalgas y cianobacterias.
También advierte que este fenómeno encuentra condiciones óptimas de desarrollo en los embalses existentes en el país -como los lagos artificiales de las represas Rincón del Bonete, Baygorria y Palmar.
Si se registran lluvias muy intensas, parte de las floraciones son transportadas aguas abajo, distribuyendo esta peligrosa biomasa en el río Uruguay y de la Plata.
El informe alerta que no han desaparecido los factores que provocaron la situación excepcional registrada este año. De hecho alertan que la tendencia prevista es que las precipitaciones anuales vayan aumentando en el país con el paso de los años.
La conclusión de este confiable informe técnico es que nuestro país debe analizar con detenimiento, el efecto de las actividades -y sus aportes proporcionales- que incentivan las floraciones de cianobacterias en las principales cuencas del país, para combatirlas con éxito y rapidez.
Es un asunto urgente e impostergable.