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El camino correcto

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MARÍA JULIA POU

Con motivo de la celebración del 25 de agosto nuestro Embajador en Buenos Aires -Don Francisco Bustillo- se expresó acerca de las relaciones mutuas en términos adecuados y con conceptos que vale la pena recordar y utilizar como base para construir una solución a un diferendo tan doloroso como el que nos separa.

No es fácil ni pretendemos que sea una sola persona la que pueda desatar un nudo no sólo apretado sino que con muchos y diferentes hilos de interés. Pero sí es importante que los actores principales aporten ideas y nuevos ángulos de análisis, pues lo peor en estos casos es la parálisis, el congelamiento de la posición y la sordera mutua.=

Un vocero tan calificado, en ocasión de una fecha tan próxima a los acontecimientos comunes al Uruguay y a la Argentina, ofrece una luz de esperanza. Seguramente que no será en forma inmediata que se destraben los conflictos que inciden en la situación actual.

Cabe abrir una puerta a la esperanza en la finalización del proceso electoral en que se encuentra Argentina. Siempre un nuevo período de gobierno, más allá de que pueda representar algún tipo de continuidad, trae una oportunidad de encarar una tarea en forma más fresca, más abierta. Como dice bien el Embajador Bustillo, hay que buscar los puntos de articulación, aportar capacidad en la resolución de nuestras diferencias y la construcción de nuestras coincidencias. Nadie puede discutir que ambos pueblos deseamos el mejor medio ambiente para poblaciones que por ser contiguas tiene el derecho a disfrutarlo y el deber mutuo y respectivo de cuidarlo.

El río Uruguay escenario y eje de un período histórico común, debe ser bisagra de realizaciones, de desarrollo económico y social que traigan prosperidad a los habitantes de sus dos riberas. Debe ser objeto de planes de mejora de sus condiciones de navegabilidad y foco atractivo para inversiones que brinden desarrollo pleno de sus potencialidades. Para nadie es cómoda ni deseable la rispidez que ha imperado últimamente en la relación vecinal. Se trata de esas circunstancias en las que hace falta mirar más lejos de lo cotidiano y tener la audacia de las propuestas que, al ser percibidas como eficaces para sortear la crisis, cuenten con las grandes mayorías nacionales que las volverán reales y eficaces.

Para lograr caminar por el camino correcto es necesario que reine un buen clima, que la labor de los diplomáticos -al decir del Embajador Bustillo- se realice "con precisión y en silencio", "con firmeza, sin excesos" cuidando la hermandad histórica que sufre "el mismo doloroso desgarro que sienten los hermanos ante un conflicto familiar". Por esto es que nos parece importante que en la crónica que hace uno de los diarios de Argentina acerca del festejo del aniversario de nuestra independencia, se destaque la presencia poco frecuente en celebraciones de este tipo de altos funcionarios de la Cancillería argentina así como la comparecencia significativa del representante especial para Asuntos Ambientales y la del agente argentino ante la Corte de la Haya. Estas presencias fueron una muestra de respaldo y reconocimiento a nuestro Embajador, pero además muestran que el buen relacionamiento hace posible decir las cosas que hay que decir: la planta de Botnia no se relocaliza y el gobierno del Uruguay va a extremar los controles ambientales de la planta para que todos tengamos las garantías que merecemos.

Y así se hará.

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