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HERNÁN BONILLA
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En el día de ayer los partidos políticos uruguayos escogieron a sus candidatos a la presidencia de la República.

Con la información al momento del cierre del diario, los resultados a boca de urna confirman que los candidatos escogidos por el Partido Nacional y por el Frente Amplio fueron los favoritos de acuerdo con las encuestas, Luis Lacalle Pou y Daniel Martínez respectivamente.

Por su parte, el Partido Colorado muestra la principal sorpresa, aunque las encuestas ya lo presagiaban la semana anterior, con Ernesto Talvi imponiéndose al expresidente Julio María Sanguinetti.

Las nuevas proyecciones económicas oficiales para el período que pautará la campaña y el primer año del próximo gobierno presentadas por el gobierno junto a la rendición de cuentas pasó casi desapercibida entre el clima electoral y la Copa América. Ahora, pasadas ambas euforias es tiempo de mirar los datos fríos y los programas de los principales candidatos.

Un producto estancado con un fuerte deterioro fiscal y una marcada pérdida de competitividad que se traduce en pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo y récord de empresas en concurso pautan el escenario macroeconómico. El gobierno reconoció este panorama parcialmente en el informe que acompaña la rendición de cuentas. Se reconoce que el déficit fiscal este año será, al menos, de 4,6%, más de dos puntos por encima de lo que se había proyectado en el presupuesto. A su vez, se vuelve a incumplir, como ya se ha vuelto norma, los nuevos anuncios del año anterior, en que se había corrido la meta de 2,5% para el 2020. En efecto, para el año próximo el gobierno espera un déficit fiscal de 3,8% y bajo el supuesto, sumamente optimista de que la economía crezca 2,6% el año próximo.

Por lo tanto, un tema central en la campaña que se inicia ahora rumbo a la elección nacional sobre el que tendrán que responder los principales candidatos es cómo piensan corregir la trayectoria fiscal extraordinariamente peligrosa que está siguiendo el país. ¿Subirán impuestos? ¿Bajarán el gasto? ¿Una combinación de las dos? ¿Lograrán impulsar políticas procrecimiento?

Daniel Martínez ha preferido no pronunciarse y el programa del Frente Amplio es ambiguo al respecto. Tan ambiguo que Oscar Andrade, que votó muy bien, ha propuesto frontalmente que debe aumentarse el IRPF y el impuesto al patrimonio, verbigracia. Lacalle Pou y Ernesto Talvi, por su parte, han sido claros en cuanto a la opción por la baja del gasto y no por subir impuestos. El programa de Lacalle Pou, en particular, estipula de dónde pueden reducirse gastos por 900 millones de dólares al año, mientras que Talvi lo estimó en 1.000 millones por año.

Ahora que los partidos tienen sus candidatos a presidente elegidos para la elección nacional es tiempo de que se le hable claro a la ciudadanía y que sus planteos sean más específicos y concretos. Solo así los ciudadanos podrán tomar una decisión a conciencia.

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