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De animales a dioses

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Hernán Bonilla
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El libro De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad, de Yuval Noah Harari, ha sido uno de los más leídos y debatidos del año pasado.

Desde los orígenes del Homo Sapiens hasta los desafíos éticos que plantea la tecnología en nuestros días y la perspectiva de convertirnos en amortales, la selección de los grandes hitos y tendencias de la historia son captados con perspicacia y volcados con plasticidad por el autor.

La primera parte del libro, sobre la prehistoria, describe el origen de nuestra especie, así como los baches que aún restan por descubrir de esos tiempos remotos. Es una de las partes más interesantes del libro y se plantean con nitidez los hechos científicos que se conocen y las teorías que existen para intentar explicar lo que aún no sabemos.

Más polémica resulta la visión del autor respecto a las revoluciones agrícola e industrial, que habrían significado una trampa para los seres humanos. Lo cierto es más bien lo contrario, el nivel de vida de la mayoría de las personas sobre el planeta ha venido mejorando en forma sostenida.

Otro punto polémico es el que atribuye a "órdenes imaginados" todas las ideas y valores que sustentaron a cada una de las civilizaciones. De esta forma, el autor relativiza aspectos centrales de la convivencia social. En forma cruda expresa que el "Homo sapiens no tiene derechos naturales, de la misma manera que las arañas, las hienas o los chimpancés no tienen derechos naturales". Sí acierta en la reacción que espera ante sus afirmaciones: "es probable que más de un lector se haya retorcido en su silla".

En otro pasaje del libro retoma el tema: "Todos los intentos modernos de estabilizar el orden sociopolítico no han tenido otra elección que basarse en uno de estos dos métodos no científicos: a) Tomar una teoría científica y, en oposición a las prácticas científicas comunes, declarar que se trata de una verdad final y absoluta. Este fue el método empleado por los nazis (que afirmaban que sus políticas raciales eran los corolarios de hechos biológicos) y los comunistas (que afirmaban que Marx y Lenin habían conjeturado verdades económicas absolutas que nunca podrían ser refutadas). b) Dejar fuera la ciencia y vivir según una verdad absoluta no científica. Esta ha sido la estrategia del humanismo liberal, que se basa en una creencia dogmática en el valor y los derechos únicos de los seres humanos, una doctrina que tiene embarazosamente muy poco en común con el estudio científico de Homo sapiens" Aun admitiendo la posición del autor ¿alguien tiene alguna duda de que la opción B es infinitamente superior a la A? ¿Bajo qué "orden imaginado" preferiría vivir el lector?

Hay otros aspectos del libro sumamente interesantes, como el valor que da al dinero (el capítulo "El olor del dinero" es sumamente didáctico), el "descubrimiento de la ignorancia", la unión de la ciencia y tecnología a partir de Francis Bacon y las fuentes de la felicidad humana (el capítulo final). La parte más floja es el análisis del capitalismo, con interpretaciones trasnochadas y en muchos casos ya superadas hace décadas.

En balance, es un libro polémico que vale la pena leer con espíritu crítico. Harari cumple la promesa de entregar una historia de la humanidad que muestra nuestra mejor y peor cara, con lucidez y la dosis justa de escándalo para ser un best seller.

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