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Las recientes elecciones

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HEBERT GATTO
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No cabe duda que las elecciones departamentales se diferencian de las nacionales por la importancia en aquellas de lo local. Aún así, en lo grandes números, ambos procesos mantienen un grado importante de congruencia en lo atinente a las pertenencias partidarias de los votantes.

Particularmente con los comicios de primera vuelta, donde corrientemente se eligen partidos además de candidatos. Un fenómeno que resultó confirmado en los resultados generales de los recientes comicios departamentales.

En ese sentido, si efectuáramos una comparación meramente virtual entre los votos conseguidos por el bloque frentista en Octubre de 2019 y un agrupamiento ideal de blancos, colorados, frentistas, Partido de la gente, cabildantes e independientes, con lo obtenido por ambos grupos en esta elección, veremos que en general se mantiene la paridad. En octubre del año pasado el Frente obtuvo el 39% de los sufragios y ahora en la totalidad del país consiguió el 41% de ellos, mientras sus oponentes pasan del 53% a 50.4%. Dicho sea esto con toda la relatividad de este cotejo, que pese a la caída en votos de la multicolor, mantiene una diferencia con el Frente de más de nueve puntos. Aún cuando ello no se refleje en la segunda vuelta de noviembre donde solo se eligen personas. En los resultados por partidos no cabe duda que el triunfador fue el Partido Nacional, que obtiene tres Intendencias claves y se queda con noventa Municipios de una total de ciento veinticinco, e incluso recoge uno más en la capital del país, el impensable Municipio F, un importante aumento de su poder político. No sucede lo mismo cuando el análisis se refiere al conjunto de la coalición gobernante. El Partido Colorado si bien mantuvo el Departamento de Rivera, en líneas generales no votó bien por lo que no puede contarse entre los ganadores. Particularmente en Salto, donde sin coalición se perdió el Departamento. Tampoco lo hizo Cabildo Abierto. Lo que explica la baja multicolor.

Ocurre que como bien dijo Ignacio Zuaznabar, el voto coalicional (inspirado en la idea de derrotar a la izquierda) comienza lentamente a imponerse.

Se vota a quien permita ganar al bloque ideológico. Una tendencia que como es obvio, en otras circunstancia, siempre subyació, pero que en las actuales condiciones de competencia ideológica dual, se ve muy favorecida y exigirá profundizar la coalición, que si quiere perdurar deberá dejar de ser meramente circunstancial o cuasi parlamentaria. Los partidos que la integran deberán producir mecanismos para alternar sus chances ganadoras. Por su lado, la imposición de Carolina Cosse, supuso para el Frente Amplio, una nueva demostración del poder electoral de su ala más radical. En este caso venció la candidata del Partido Comunista (junto a los socialista, un típico partido del siglo pasado), pero la lista más votada fue la del MPP, es decir la del MLN. Cosse luego de haberse vendido como una candidata fría, racional y poco emotiva, reaccionó luego del triunfo y se invistió de un discurso aperturista y moderado. Resta saber cual de sus imágenes prevelecerá. Aún cuando, si el Frente Amplio quiere crecer y volver al poder nacional, deberá desde ya, procurar reconstruir su espacio moderado. Tiene opción entre un programa social demócrata o uno populista.

El futuro dirá cuál.

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