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Para las cuatro principales empresas encuestadoras los resultados electorales son similares y lo que es más importante confirman la tendencia ya anunciada: amplían la diferencia entre la oposición y el oficialismo a favor de la primera.

De acuerdo a Cifra, en medición efectuada a fines de abril y principios de mayo, la diferencia entre los opositores alcanza a un 3%, Equipos Mori 3% Factum 3%, Interconsult 3%, porcentajes más importantes por su permanencia que por su diferencia absoluta. Pero que en todo caso son reveladores de un Frente que permanece estancado, con tendencia a la baja y una oposición con pronósticos de suba. Un estado de espíritu que lleva a pensar que el crecimiento frentista se ha terminado definitivamente y obliga al candidato oficialista a cambiar de estrategia y a insistir con críticas a sus opositores y cautos comentarios, incluso asustados. Por más que aun sea muy pronto para realizar apreciaciones definitivas y los hechos señalados no lleven al triunf

Para las cuatro principales empresas encuestadoras los resultados electorales son similares y lo que es más importante confirman la tendencia ya anunciada: amplían la diferencia entre la oposición y el oficialismo a favor de la primera.

De acuerdo a Cifra, en medición efectuada a fines de abril y principios de mayo, la diferencia entre los opositores alcanza a un 3%, Equipos Mori 3% Factum 3%, Interconsult 3%, porcentajes más importantes por su permanencia que por su diferencia absoluta. Pero que en todo caso son reveladores de un Frente que permanece estancado, con tendencia a la baja y una oposición con pronósticos de suba. Un estado de espíritu que lleva a pensar que el crecimiento frentista se ha terminado definitivamente y obliga al candidato oficialista a cambiar de estrategia y a insistir con críticas a sus opositores y cautos comentarios, incluso asustados. Por más que aun sea muy pronto para realizar apreciaciones definitivas y los hechos señalados no lleven al triunfo de los opositores, sino, a lo sumo, a la pérdida por parte de los frentistas de la mayoría absoluta en las cámaras.

Por eso, lo que quizás valga es señalar el contexto general de la campaña donde el gobierno se ha asociado con políticas como la baja de la edad de imputabilidad y la ley de la marihuana que, más allá de lo que se considere sobre ellas, no gozan de credibilidad general, y están señalando que el oficialismo, empalagado de poder durante demasiados años, está apartándose del calmo sentir de la población poco afecto a cambios y experimentos. Un fenómeno que por mera transferencia aleja al estado de los sectores más populares, paradojalmente, poco afecto a modificaciones demasiado bruscas.

En ese sentido, entiendo importante lo ocurrido este fin de semana con el Congreso Departamental del Partido Socialista de Montevideo, que, ante la sorpresa de muchos, acaba por elegir los candidatos a diputados por ese Partido adentro del sector más conservador y tradicional de esa colectividad: los revolucionarios. Los mismos que aún parecen sentir nostalgias de su período guerrillero cuando, armas en mano, pensaron que en Uruguay las colinas de Minas lucían como la Sierra Maestra.

¿Quién duda que Tabaré Vázquez, por su lado, se ha esforzado por emitir señalares de tranquilidad y claridad entre sus votantes, eligiendo a los conductores de la economía con la suficiente antelación y explicando con toda claridad que no se piensa cambiar en un ápice el ritmo seguido hasta ahora, conservando la cautela, de modo de calmar a sus seguidores volcados hacia el centro? ¡Tranquilos orientales! Nadie sensato piense que Tabaré Vázquez pueda ser un revolucionario capaz de conducir al país por una senda de cambios y acechanzas cuando, en el mejor de los casos, su horizonte no rebasa a un cuidadoso social demócrata. Si alguna duda cupiere, la elección de Astori la despeja.

Por supuesto que no es ésa la preocupación que acosa a los uruguayos.
Sin embargo, cuando no, el Partido Socialista busca regresar a la lucha, junto con el Partido Comunista y el Pit-Cnt. Todos con rostros adustos, puños apretados, decididos. Junto a la izquierda en serio, la que sabe de qué habla. La que quiere cambios sin preguntarle a Obama si es posible. La que durante cinco años esperó confiada y el Presidente, ansioso de Nobel desdeñó. Ni sueñes otra cosa Tabaré, se abren cinco años de lucha, y aún hay tiempo. Allí te aguardaremos, junto a Constanza. Es hora.

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Hebert Gatto

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