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El partido de la Concertación

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GUSTAVO PENADÉS
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Hace un tiempo nos enteramos que en 2012 la Intendencia de Montevideo había comprado seis camiones para lavar contenedores a un precio de U$S 300.000 cada uno.

Esos camiones fueron encontrados, en octubre de 2018, deteriorándose en el museo Fernando García. A la Intendencia dos millones de dólares no le sacan el sueño. Solamente las fotomultas le aportaron 25 millones de dólares en dos años. Pero, para una administración seria esto hubiera significado un gran escándalo, aunque, como era de prever aquí nada pasó.

Este asunto sirve para mostrar la forma en que el Frente Amplio hace las cosas en Montevideo desde hace treinta años.

Los temas de preocupación principal son siempre los mismos: calles, cementerios, alumbrado, saneamiento, basura y transporte. Increíblemente, en lugar de estar estas cosas en el centro de la preocupación de las autoridades terminan por ser secundarias. En cambio, se dedica mucho esfuerzo a cuestiones importantes pero accesorias; cuestiones que deberían ser objeto de preocupación en una segunda instancia, o, por lo menos, ser acreedoras de un menor interés. ¿Significa esto dedicarse solamente a las calles o al alumbrado? Obviamente que no. Pero cabe preguntarse si, por ejemplo, es necesario y razonable que Montevideo mantenga un canal de televisión cuando el presente es muy diferente al de 1996, tanto en lo técnico como en lo político.

En estos treinta años vemos que las cosas en Montevideo no cambiaron sustancialmente.

Los problemas siguen siendo los mismos, agravados en algunos casos, y las formas de abordarlos también.

Pasan las administraciones y se aplican parches que no cambian nada. Cada cinco años se inventa la rueda con ideas supuestamente revolucionarias. A los cinco años todo vuelve a empezar. Visiones y planes directores de largo plazo brillan por su ausencia.

La única alternativa para cambiar es acceder al gobierno departamental.

Hacerlo exige, entre otras cosas, proporcionar a la ciudadanía la posibilidad de que quien quiera votar una opción de cambio real al Frente Amplio disponga de la forma de hacerlo.

Para llegar a ese objetivo impulsamos hace cinco años la conformación del Partido de la Concertación; como una instancia superadora, aspirando a que fuera el inicio de un proceso tendiente a conformar una nueva mayoría en Montevideo. Como en toda nueva experiencia aparecieron problemas que se fueron superando. Así entonces, pese a todas las dificultades, blancos y colorados fuimos capaces de concretar el proyecto. Se creó el instrumento jurídico para votar unidos, generando un espacio en el que también pudieran votar quienes optaran por el Frente Amplio en lo nacional pero estuvieran disconformes en lo departamental. La obtención de los municipios CH y E fue producto de la estrategia adoptada, demostrándose así que era la correcta.

En el presente creemos que la idea de la Concertación sigue vigente. Es un instrumento electoral válido para unir fuerzas en un proyecto de largo plazo, que deberá servir para abrir las puertas a una instancia de cambios profundos en el departamento.

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