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Llega el tiempo de cambiar

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GUSTAVO PENADÉS
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En pocos días los uruguayos tendremos la oportunidad de empezar a poner fin al ciclo frenteamplista que se inició en 2004.

Muchas cosas fueron pasando en estos años y llegamos a un extremo en que claramente se escucha el reclamo de la ciudadanía que pide que otro partido político se haga cargo del gobierno. Muchos elementos ponen de manifiesto que la gente quiere un cambio; que es urgente dar un golpe de timón.

Los uruguayos están cansados de algunas cosas que no terminan por tener principio de solución. El costo de vida y el trabajo son hoy de sus principales preocupaciones, y para ellas el Frente Amplio no ofrece ninguna solución creíble. Tampoco aporta nada nuevo para solucionar otras problemáticas que hacen a la vida y al trabajo de los uruguayos.

Una gran parte de la sociedad se siente víctima de la voracidad de un Estado que malgasta lo que las personas aportan, y que, además, no devuelve esos aportes en servicios públicos de calidad.

Quienes asumen el riesgo de llevar adelante un comercio o un emprendimiento productivo son condicionados por las administraciones nacional y departamental que los agobian con impuestos, tarifas y reglamentaciones, a la vez que viven acechados por la inseguridad pública que no para de crecer. No solamente trabajar es caro, sino que la inseguridad pone en riesgo la vida de los trabajadores y suma mayores costos a las empresas.

El delito y la violencia están a la orden del día.

Tristemente, los uruguayos vamos naturalizando que diariamente se cometa un creciente número de homicidios y de ataques contra las personas y sus bienes, como si se tratara de un destino inexorable. Todos tenemos claro que en esto no existen soluciones mágicas, sino que lo que pretendemos es un gobierno que muestre que se toma el problema en serio y que, empezando por el Presidente de la República, concentre toda su energía en empezar a solucionar el tema.

La sociedad experimenta síntomas de agotamiento que no pasan necesariamente por lo económico. Existe cansancio ante la retórica cada vez más vacía de contenido de los voceros del Frente Amplio. Aquel impulso con que el Frente Amplio llegó al poder en 2004, más allá de lo controversial que pueden ser sus concreciones, fue desapareciendo, y, desde hace ya mucho tiempo, la acción del gobierno encuentra motivación exclusivamente en la inercia.

Uruguay tiene grandes posibilidades por delante para llegar a consolidarse como un país integrado e integrador, con una gran clase media creciente, feliz y próspera.

Para eso tenemos la necesidad de cambiar, para mejorar lo que está bien y corregir lo necesario, generando nuevas esperanzas y liberando las energías sociales contenidas.

Quien puede hacer esto es únicamente Luis Lacalle Pou. Así lo indican las preferencias de la mayoría de los uruguayos que se manifiestan decididos a no votar al Frente Amplio, situando por lo tanto al Partido Nacional como la única alternativa posible de cambio.

En los días que nos separan del 27 tenemos que seguir compartiendo nuestras ideas y difundiendo el mensaje de alegría y esperanza del Partido Nacional, porque un mejor futuro es posible entre todos los uruguayos junto a Luis Lacalle Pou.

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