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Ahora hay que gobernar

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Gustavo Penadés
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El proyecto de Rendición a estudio del Parlamento permite ir cerrando la gestión económico financiera de la administración Vázquez.

Lo primero a destacar es que nuevamente equivocaron las proyecciones.

El déficit fiscal se anunció que se situaría en el año 2017 en el 2,9%, pero llegó al 3,5%, y llevado a mayo de 2018 alcanzaba el 4%. O sea, que se está a la altura de los números de la crisis del 2002.

La deuda sigue creciendo, y por sexta vez se aumentan sus topes, en un sistema que está muy lejos de ser una "regla fiscal" que el presidente Vázquez enunciaba vigente, en carta pública remitida al senador Luis Lacalle Pou en 2016.

También se erró en la previsión del crecimiento de la economía, volviéndose por tanto el panorama crecientemente preocupante.

El paso del tiempo confirma aquellas advertencias que hizo el Partido Nacional antes de las elecciones. Las "luces amarillas" de las que se habló en 2014, y que merecieron la unánime repulsa del equipo económico de entonces —en esencia el mismo de hoy— terminaron por prenderse todas.

Los ciudadanos hicimos un ajuste fiscal importante en 2017 por vía del IRPF, IRAE, IASS y otros tributos que significaron un aumento del ingreso real de la DGI del 6,2% respecto al 2015; a lo que se suma la recaudación por vía de los sobrecostos de las tarifas públicas. Sin embargo, ni con eso se logró alcanzar la meta de déficit fiscal proyectada.

En esta oportunidad se propone un mayor gasto para los siguientes ejercicios. En verdad un porcentaje de los mayores gastos pasa por una reasignación de créditos que ya estaban presupuestados. El aumento del gasto superviniente y la proyección de la mejora del déficit se espera financiarlos con una mayor dinámica de la economía, por más lluvias y por la transferencia de utilidades del BROU. Al final, los intereses de los préstamos sociales y a la producción terminan por financiar el déficit estatal.

Por el lado del gasto nada cambió. Se dice que se están haciendo ahorros y que se espera ahorrar el 15% de los gastos de funcionamiento en cinco años. Alcanza con mirar lo que diariamente sucede en la Administración para darse cuenta de que nada cambió ni el año pasado ni en los quince anteriores. Ningún cambio sustancial, ni en la estructura orgánica ni en el funcionamiento de una Administración que requiere más personal que 15 años atrás. Teniendo en cuenta que el empleo en el Estado tradicional y paralelo explica en parte que se mantengan las cifras de ocupación

Ahora, el Ministro dice que la calidad del gasto es "un debe" del gobierno. Más allá de las palabras, es el mismo partido político y el mismo equipo económico que no se fijó en la calidad del gasto de Ancap, Pluna, Fondes, Alas U, Gasificadora, ASSE, puerto aguas profundas, etc.

El endeudamiento crece y es un reto para la sostenibilidad de la economía. Hay 50.000 empleos menos en estos años; hay sectores complicados, y la competitividad no mejora, aunque sí hay beneficios para quienes vienen a radicarse. ¿Qué pasaría si se dieran similares beneficios a las empresas locales?

El Frente Amplio durante 15 años administró un crecimiento no buscado que la economía generaba. La situación no es la misma. Ahora, además de administrar hay que gobernar, y esto significa tomar decisiones y jugarse por ellas.

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