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Balance de la Concertación

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Terminado el escrutinio departamental se impone una primera reflexión sobre los resultados obtenidos por el Partido de la Concertación.

Terminado el escrutinio departamental se impone una primera reflexión sobre los resultados obtenidos por el Partido de la Concertación.

Comenzamos afirmando que la Concertación es hoy una realidad que superó la etapa fundacional. Compareció ante la ciudadanía como una fuerza política que ofreció una alternativa a los 25 años del Frente Amplio; y pese a que el resultado no fue el que nos hubiera gustado -preferíamos ganar, obviamente-, nos reafirmamos en que el camino emprendido es positivo y que la idea original continua siendo válida.

La primera consecuencia de la aparición de la Concertación es que la izquierda abandonó la tradicional candidatura única, sustentada en la confianza de que la victoria estaba asegurada de antemano sin importar los méritos del candidato. Por el contrario, presentó tres candidaturas, dos de ellas muy fuertes. Pensando en lo que será la gestión del Ing. Martínez en los próximos años, es seguro que la amenaza de que la Concertación continúe creciendo lo llevará a una mayor preocupación por gobernar bien y esto redundará en beneficio de los montevideanos.

Desde otro punto de vista, esta elección produce un quiebre en el modelo de descentralización que el FA venía desarrollando desde 1990, en el que las autoridades en los diversos municipios (antes eran los Centros Comunales Zonales) estaban políticamente subordinados al Intendente. En esta elección, además de ediles, la oposición logra concejales y alcaldes. Los municipios CH y E son dos territorios tremendamente importantes que serán gobernados por la Concertación. Mirando el hecho desde otra perspectiva, las alcaldías obtenidas constituyen los primeros cargos ejecutivos departamentales logrados por la oposición desde 1990.

La acción de gobierno en el territorio y el relacionamiento con los otros órganos de gobierno departamental y municipal no será sencilla. Se necesitará tiempo y buena voluntad de todas las partes para generar una cultura de gobierno que en Montevideo, por la circunstancia de ser el FA hegemónico todavía no se desarrolló, aunque sí en otros departamentos. Se podrá mostrar desde los municipios de la Concertación que se puede gobernar de otra manera, y se establecerán comparaciones entre estos y los otros, todo lo cual también redundará en beneficio de los montevideanos.

Respecto a los candidatos de la Concertación, cumplieron con creces el compromiso asumido. Álvaro Garcé, Edgardo Novick y Ricardo Rachetti, cada uno en su medida y en su estilo, hicieron cuanto a su alcance estuvo.

Pero, si la conformación de la Concertación fue una buena idea que ofrecía respuesta a las expectativas de muchos vecinos, debemos afirmar con claridad que los partidos fundacionales cometieron errores que conspiraron contra esas mismas expectativas. La Concertación debió enfrentar dificultades que restaron tiempo a la consolidación del proyecto; más allá del esfuerzo y de la dedicación de sus autoridades. Analizar las causas y corregir los errores es una tarea que debemos imponernos hacia el futuro, sabiendo que será preciso mucha humildad y sabiduría para hacer las cosas mejor y no reiterar errores.

Nuestro convencimiento entonces de que el Partido de la Concertación cumplió y de que la idea continua siendo válida.

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Gustavo Penadés

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