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La cosecha de Bonomi

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GUILLERMO MACIEL
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Asistimos a un colapso de la seguridad como nunca antes en toda la historia del país. Y la realidad refleja que el gobierno no tiene conciencia de la dimensión y gravedad del problema de la inseguridad.

La gente siente que se encuentra como en lista de espera, para ser robada, rapiñada o asesinada. Donde las personas están cada vez más indefensas y desprotegidas. Donde los barrios seguros de ayer, hoy son inseguros y los barrios inseguros de ayer, hoy son más inseguros.

El panorama es de familias enrejadas y de delincuentes libres. Y sin embargo, las autoridades responsables empecinadamente niegan la realidad.

Un país donde hasta la policía es víctima de las rapiñas, es un país con un muy grave problema.

Cabe asimismo consignar que los terribles fenómenos del sicariato, los ajustes de cuentas y las bandas de narcotraficantes, aparecieron, se instalaron y crecieron bajo los tres gobiernos del Frente Amplio.

Otro fenómeno destacado es el descontrol y caos absoluto en las cárceles, donde hay récord de muertes de reclusos (37 el año pasado y 15 en lo que va del actual), y acceso por parte de los presos a armas de fuego, cortes carcelarios, drogas, celulares y alcohol. Donde un preso mató, decapitó y se comió a otro; donde un recluso asesinó a su visita (una mujer embarazada); donde un recluso mató a otro recluso a tiros.

El Frente Amplio lleva gobernando casi 15 años, ya no tienen excusas. Todo lo que prometan, ya tendrían que haberlo hecho. Y lo que han hecho ha sido un fracaso rotundo, generando una inseguridad jamás vista. Con récord en rapiñas, homicidios, robos a cajeros automáticos, a shoppings, a remesas, a peajes, a casinos, a redes de pagos, a comercios, etc. Son el mejor ejemplo de mala gestión, ineptitud e ineficiencia. Y mientras anuncian que se van a hacer cambios, todos los días rapiñan o matan a alguien.

La improvisación en temas de seguridad asusta. Han pasado tres períodos de Gobierno, incluso con mayoría parlamentaria y no saben qué hacer con la seguridad pública. Cuando en un país se vive un clima de impunidad, la inseguridad crece. Se malgastaron recursos sin resultados.

La grave situación también la ilustra una serie de incoherencias, contradicciones y falacias que llevan a suponer que, o están muy mal asesorados, o faltan a la verdad descaradamente. Así han señalado:

-Que los delitos no bajaban desde el regreso de la democracia. Esto es falso, los homicidios descendieron en 1988, 1999, y en 2003; las rapiñas en 1988, 1998, 2001 y 2003; y los hurtos en 1988, 1993, 1994, 1996 y 1998.

-Que los delitos aumentan en toda la región. Esto también es incorrecto, a modo de ejemplo la tasa de homicidios aumentó en Uruguay, mientras que descendió y es más baja en Chile, Paraguay, Argentina, Ecuador, Bolivia, Perú, Panamá y hasta en República Dominicana. Y a su vez en Brasil disminuyeron los asesinatos un 27% en el primer trimestre de 2019.

-Que vienen a delinquir de toda la región. Esto se contradice con el hecho de que de los casi 11.000 reclusos, apenas un 3% son extranjeros (333 presos).

-Que “lo peor ya pasó” y que “Uruguay es donde menos avanza el delito”. Pero la realidad demuestra que las rapiñas crecieron un 54%, los homicidios un 46% y los hurtos casi un 26%.

-Que prometieron en la campaña electoral bajar un 30% los hurtos y rapiñas. Y sin embargo los datos oficiales demuestran que todos esos delitos han aumentado.

-Que el llamado “efecto noviembre” por el nuevo CPP fue lo que aumentó el número de delitos. Parece absurdo sostener que los criminales estuvieran esperando a la aprobación de un código, para salir masivamente a delinquir al día siguiente.

-Que la inclusión financiera para uno ayudó y para otro empeoró la situación. En efecto, para el ministro Astori “con la inclusión financiera han bajado enormemente los delitos”. Mientras que para el subsecretario del Interior, Jorge Vázquez, “el programa de inclusión financiera incidió en el aumento de las rapiñas”.

-Que los "ajustes de cuentas" son la causa del aumento de los homicidios. Y aquí viene una competencia de contradicciones. Donde para el director de la Policía Nacional los homicidios por “ajustes de cuentas o conflictos entre delincuentes” fueron el 58%; mientras que para el senador oficialista y ex director general del Ministerio del Interior eran el 80%; el ministro señaló que representaban más del 60% y para el Observatorio en Seguridad del Ministerio, fueron un 47%. Es decir que las propias autoridades manejaron públicamente cuatro datos distintos casi al mismo tiempo. Realmente insólito y muy poco serio.

-Que la culpa es de la oposición porque solo "mi-de resultados". Es claro que así se mide una gestión, por los resultados y no por las intenciones.

Bastante cerca, en la República Argentina, consultada la ministra de seguridad Patricia Bullrich sobre las razones de la baja sostenida y consecutiva de los delitos en los últimos cuatro años, esta expresaba que la misma se debía fundamentalmente a tres aspectos: el respaldo a los policías; el mayor esclarecimiento de los crímenes y captura de los delincuentes, que hizo caer la impunidad y también las importantes incautaciones de drogas que permiten ir combatiendo y desarticulando al narcotráfico.

Tres aspectos prácticamente ausentes en nuestro país y un buen ejemplo a seguir para recuperar la seguridad perdida. Aunque nada de esto será posible con un gobierno del Frente Amplio.

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