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Los salarios en el 2015

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Si un extranjero pasa por la puerta de la Dirección Nacional del Trabajo cuando se concentran los trabajadores para apoyar la negociación, con pancartas, parlantes y redoblantes, bien podría pensar que está en Argentina. Del mismo modo, si alguien escucha los discursos de la mayoría de los dirigentes sindicales el 1° de mayo, perfectamente podría concluir, que nada ha cambiado en el Uruguay en los últimos 10 años.

Si un extranjero pasa por la puerta de la Dirección Nacional del Trabajo cuando se concentran los trabajadores para apoyar la negociación, con pancartas, parlantes y redoblantes, bien podría pensar que está en Argentina. Del mismo modo, si alguien escucha los discursos de la mayoría de los dirigentes sindicales el 1° de mayo, perfectamente podría concluir, que nada ha cambiado en el Uruguay en los últimos 10 años.

Sin embargo, la realidad es totalmente distinta a lo que aparenta, ya que desde el año 2005 los salarios son establecidos en los Consejos de Salarios, donde los trabajadores cuentan con el apoyo explícito del gobierno, formando una mayoría de dos a uno respecto del sector empleador. Como consecuencia de esa realidad política, los salarios han aumentado en términos reales en forma constante durante casi una década. Por consiguiente, no se justifica que los trabajadores se sigan concentrando frente al MTSS para presionar a la patronal, cuando la realidad indica que tienen la fuerza que surge de las mayorías en los ámbitos de negociación.

Tampoco se justifica, que algunos sindicatos sigan alentando las ocupaciones, una medida de fuerza que ha demostrado ser ineficaz para evitar despidos o el cierre de empresas. Por el contrario, en el caso de las empresas extranjeras, las ocupaciones son una pésima señal para los inversores -recordemos Ecolat- y al mismo tiempo, sirven para justificar la labor de los gerentes locales, que pueden explicar cualquier ineficiencia, alegando que los trabajadores uruguayos son como los galos de la historieta de Asterix, que tomaban una poción mágica y no los podía controlar ni el César en el auge del Imperio Romano.

La semana pasada se reunió por primera vez el Consejo Superior Tripartito y la central sindical anunció que habrá de concentrar sus esfuerzos en la suba de los salarios que no superan los 15 mil pesos. Es lógico, ya que de acuerdo a las últimas cifras disponibles que son de 2013, casi un 40% de los trabajadores recibieron salarios por debajo de los 14.000 pesos líquidos, de los cuales la mitad ni siquiera llegaban a los 10.000 pesos líquidos mensuales. Precisamente, es en esa franja de salarios, donde los trabajadores, empresarios y el Poder Ejecutivo tienen que ser extremadamente cuidadosos, ya que una suba generalizada de los mismos -que sería la solución más fácil-, podría afectar los niveles de empleo.

El Pit Cnt cuenta con el asesoramiento del Instituto Cuesta Duarte y las Cámaras Empresariales tienen sus asesores, por consiguiente, deberían emprender una negociación diferente a las anteriores, mucho más intensa, profesional y específica, para atender las particularidades de las empresas, ya que la negociación por grupos y subgrupos muchas veces resulta insuficiente. Un convenio tradicional de carácter general, no es lo adecuado cuando el margen económico comienza a ser más ajustado y cualquier cambio puede tener un resultado negativo para empresarios y trabajadores. Hasta ahora, si alguna empresa no podía pagar los salarios laudados, ajustaba la plantilla laboral y el mercado rápidamente absorbía a los trabajadores cesantes.

Esa realidad comenzó a cambiar, lo que justifica dejar de lado los discursos y las movilizaciones para encarar la discusión sobre salarios más importantes de la década.

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Gonzalo Ramírez

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