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Consejos de Salarios

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Si hay algo que cambió la realidad socioeconómica de nuestro país fue la convocatoria a los Consejos de Salarios a partir del primer Gobierno de Tabaré Vázquez. Para el Frente Amplio, los Consejos de Salarios son la principal causa por la cual los sueldos crecieron por encima de la inflación durante la última década.

Si hay algo que cambió la realidad socioeconómica de nuestro país fue la convocatoria a los Consejos de Salarios a partir del primer Gobierno de Tabaré Vázquez. Para el Frente Amplio, los Consejos de Salarios son la principal causa por la cual los sueldos crecieron por encima de la inflación durante la última década.

Sin embargo, en la vereda de enfrente, muchos sostienen que el incremento salarial se debió al crecimiento de la economía y hay quienes incluso afirman que si el gobierno no hubiera intervenido en la negociación salarial, la economía y los salarios hubieran subido en porcentajes mayores.

Considero que ambos factores fueron igualmente determinantes en el incremento salarial, ya que sin crecimiento económico el aumento de los salarios no hubiera sido materialmente posible. Y si no hubiera existido la negociación tripartita con el gobierno inclinando la balanza a favor de los trabajadores, los salarios hubieran crecido en un porcentaje menor.

El primero de marzo asume un ministro de trabajo que cuenta con una larga experiencia como sindicalista y además presidió y modernizó con éxito el BPS durante una década. A su vez, Juan Castillo, histórico dirigente del Pit-Cnt será el nuevo director nacional de Trabajo. A los sectores empresariales podrá no gustarles el equipo designado por el Poder Ejecutivo y especialmente la designación de Juan Castillo, quien difícilmente pueda ser imparcial a la hora de laudar en un conflicto entre trabajadores y empleadores.

No obstante, el gobierno es plenamente consciente de que la realidad económica no es la misma y que el panorama futuro no es nada auspicioso, razón por la cual -aprovechando una baja del precio del petróleo- ha implementado un ajuste fiscal por la vía de las tarifas públicas. Además, el Gobierno sabe que, en un contexto de menor crecimiento, la rigidez de los salarios puede llevar a que aumente el desempleo, que es el escenario más inquietante de todos, ya que algunos trabajadores conservarían sus ingresos a valores fijados en la era de las vacas gordas, mientras otros soportarían el 100% del ajuste a la baja del mercado laboral.

Por esa razón, el sector empresarial debería empezar a prepararse para una negociación salarial diferente, donde la discusión no va a pasar solo por el efecto de los salarios en la inflación o viceversa. Por si esto fuera poco, varios dirigentes sindicales han anunciado que pretenden negociar por cadena productiva, sosteniendo como argumento para aumentar los salarios, que no es justo que un peón de un tambo cobre menos que un operario de la industria láctea. Frente a esta realidad, los empresarios deberán afrontar una negociación basada en el conflicto o dilema entre competitividad versus equidad.

Para ello, las cámaras deberían profesionalizarse y contratar economistas para demostrarle a los trabajadores y al gobierno, la magnitud de la pérdida de competitividad de nuestro país frente a nuestros vecinos. En tal sentido, también deberán analizar los efectos de la devaluación rusa y la del euro, así como la desaceleración de la economía China, con la consecuente baja del precio de los commodities. Los sectores empresariales que no negocien sobre bases técnicas y concurran a los Consejos de Salarios con el argumento de que si suben los salarios las empresas van a tener que cerrar, es posible que terminen verificando su propia profecía.

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Gonzalo Ramírez

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