Publicidad

Mirar más alto

Compartir esta noticia

Javier García

El título de esta nota es la frase que contenía un pasacalle en la campaña electoral pasada, colocado por nuestros compañeros de la lista 71. Toda la oración decía: "Mirar más alto, se puede".

Me pareció en aquel momento que era una hermosa forma de comunicar un estilo político, que los nuevos tiempos reclamaban y reclaman. El propio candidato único de todos los blancos en 2004, Jorge Larrañaga, lo destacó en varios actos de esa campaña. Viene a cuento porque por encima de los escarceos electorales que comienzan, ese objetivo, mirar más alto, es un deber.

A algunos asombró la reunión del sábado pasado entre Larrañaga y Mujica. Si una conversación entre los líderes más votados de sus Partidos asombra, es porque la política no existe. En España, Zapatero y Rajoy, líderes del oficialismo y la oposición, tienen diferencias que, si comparamos las de aquí, son juegos de niños. Allí, basta ver la televisión española, las acusaciones que se cruzan son en torno, por ejemplo, a si se propicia la división de España o su integridad territorial, o cómo enfrentar al terrorismo. Sin embargo sus manos se estrechan frecuentemente en reuniones entre los dos donde dialogan y comparten sus ideas. Son líderes y por eso no tienen derecho a ser sordos entre ellos. España ha tenido un desarrollo económico e institucional impactante en los últimos años y seguramente la madurez de su sistema político contribuyó a ello.

Mujica, por su pasado y por su presente, está a un mundo de distancia de los blancos. Lo está también de la mitad del país que no es del MPP ni votó al FA. Pero no debemos olvidarnos que por más que no nos guste, existe y además es el líder más popular del oficialismo y quizás su candidato. Seguramente de Larrañaga los compañeros de Mujica digan y piensen cosas tan agrias como las nuestras hacia aquél.

Hace un mes, el presidente del Directorio blanco concurrió a la casa del Partido Colorado. Allí rodeado de Sanguinetti, Batlle y todo el CEN colorado participó de un homenaje a Sapelli. ¿Larrañaga defeccionó de su condición de blanco por estar allí? No, la reforzó. Sólo los nacionalistas hoy pueden, por su ubicación política, estrechar manos y tender puentes.

Convivir, es vivir "con". Y en los países sus habitantes viven "con". Lo hacen con quienes piensan similar y con quienes están en las antípodas. Los líderes políticos tienen la responsabilidad de vivir "con" sus adversarios. ¿Es gobernable un país donde sus dirigentes políticos no se hablan? Cuando Tabaré Vázquez se reunió con Pacheco Areco, apenas asumió como intendente, a nadie se le ocurrió que alguno renegaba de su pasado.

Sanguinetti inventó el Pacto de Club Naval, y con ello condenó a Wilson. Después de eso hablaron muchas veces, no eran amigos, claro, pero tenían responsabilidades.

Esta semana el gobierno hizo suya una idea de Larrañaga para resolver la situación carcelaria facultando a usar predios militares ociosos para ese destino. Es un tema de seguridad pública y que repercutirá en menor reincidencia y rehabilitación de presos y por lo tanto menos delitos. Si la reunión sirvió para acelerar esta decisión, ya merece el aplauso. Hace un mes no estaban de acuerdo. Pero el encuentro es más que eso. El principal reclamo popular es, todos lo escuchamos, que los políticos se pongan de acuerdo y no se pasen peleando. ¿Es así o no?

Por eso vale el recuerdo del pasacalle.

La política puede tener vuelo bajo, como la perdiz, o volar alto como el Águila.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad