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Balance y unidad

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felipe paullier
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El comienzo de un nuevo año siempre es una oportunidad para hacer balances y trazar nuevos objetivos. 2020 fue un año extremadamente atípico, marcado por una pandemia de la que seguramente hablaremos por mucho tiempo.

Quedará en la retina de todos aquel viernes 13 de marzo, cuando en conferencia de prensa el presidente Luis Lacalle Pou anunció los primeros casos de coronavirus en el país. Probablemente todos nos acordemos dónde y con quién estábamos aquella tarde cuando escuchamos las primeras medidas del gobierno frente a la pandemia.

Las semanas de incertidumbre que caracterizaron aquellos meses de marzo y abril hoy parecen muy lejanas. Ya casi no resuenan los intentos de cacerolazo promovidos por algunos actores políticos al arranque de la emergencia, pidiendo cuarentenas obligatorias y mayores restricciones a la circulación de los ciudadanos.

Libertad responsable fue la premisa que marcó el accionar de nuestro país durante los primeros meses de la pandemia, permitiendo una rápida reactivación de la actividad económica, protegiendo las trayectorias educativas.

Si miramos más allá de nuestro país y dimensionamos las consecuencias que ha tenido la pandemia en el resto del mundo, nos daremos cuenta de lo positivo que ha sido lo realizado y que el esfuerzo ha valido la pena.

Sin embargo, la situación actual no nos permite bajar la guardia. Lo destacable, es que esta situación la enfrentamos preparados, con un sistema de salud fortalecido, con más camas y equipamientos en Cuidados Intensivos, y con un horizonte más claro respecto a la posibilidad de estar recibiendo pronto las primeras dosis de la vacuna.

Pero si hay algo que nos deja este año, es una enorme ilusión sobre los uruguayos, sobre su solidaridad y su capacidad de empuje frente a la adversidad.

Esta capacidad de anteponer el interés colectivo al particular, estuvo sin embargo ausente por momentos a nivel de algunos actores políticos. Uruguay necesita de una clase política madura, responsable, que frente a las difíciles pueda anteponer el interés nacional a las chicanas.

Hace unos días, a instancias de Gervasio Aznarez, joven dirigente del Partido Nacional, pude leer unas palabras que Wilson Ferreira Aldunate escribió al pueblo uruguayo en las vísperas de la Navidad del 87. La vigencia de aquel texto emociona y acá se los quiero compartir.

“Que el Uruguay tiene problemas, ¡quién puede ignorarlo! Lo que si no podemos olvidar es que es válido invocar los problemas solamente si lo hacemos como modo de encontrar las soluciones. No sirve señalar la existencia de los problemas como vía de facilitar el enfrentamiento, la discrepancia, el desencuentro. ¿Que tenemos problemas? ¡Vaya si los tendremos! Tenemos problemas internos, problemas externos, unos dependen de nuestra voluntad y en otros es poco lo que podemos incidir. Pero también es verdad que el Uruguay puede mirar su esperanza, lo que otros no pueden permitirse”.*

2021 será un año de enormes desafíos en materia económica, social y sanitaria. El futuro nos demanda unidad, el país nos necesita juntos en la búsqueda de soluciones.

*Mensaje de Navidad de Wilson Ferreira Aldunate, diciembre 1987.

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