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Todo por mi país

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FELIPE ALGORTA BRIT
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En momentos de incertidumbre, se hace necesario que aparezcan los verdaderos liderazgos, los positivos. ¿Quién iba a pensar que el gobierno entrante iba a tener que enfrentar semejante crisis mundial?

Lejos de lamentarnos, entendemos que esta situación encuentra al país con el liderazgo que se necesita. No vamos aquí a ahondar en los buenos atributos que ha demostrado el presidente Lacalle Pou desde su asunción (ya lo reconoce nada menos que el 65% de la población). Pero quisiera recordar lo que dijo hace un año, el 31 de marzo de 2019 en el Parque Viera, la que para mí fue la mejor definición acerca de la actitud que debe tener un servidor público. “Yo no elijo el mejor momento de mi país. Yo le doy mi mejor momento, que es ahora”. Contrario a los falsos videntes que elección tras elección advierten cosas como que “en esta no conviene ganar”, quienes aman a su país y abrazan el servicio público, estarán siempre poniéndole el hombro a los problemas y buscando las soluciones.

En este tiempo también aparecen los mezquinos, los destructores, los negativos. Esos que podrán tener algunos seguidores, pero que nunca podrán conquistar la moral de un pueblo ni mucho menos quitarle la esperanza. No sorprende que desde filas del sindicalismo partidario del Pit- Cnt se llame a cacerolear por las medidas que se han tomado en estos días. Tampoco debería preocupar, no solo porque del ridículo no se vuelve, sino porque tampoco representan el sentir de los trabajadores sino de una cúpula corporativa.

Quizás sean tiempos para ir más a la raíz, a la esencia de las cosas. Y en ese sentido vale la pena siempre tener presente las expresiones del dirigente sindical Richard Read, en aquel discurso del 1° de mayo de 2013, en el que dijo que “el mejor sindicato no es el que más huelgas hace, sino el que mejores laburantes tiene”. Y hoy encontramos a miles y miles de laburantes colaborando con las soluciones que el país necesita. Con serenidad, haciendo lo que hay que hacer, vemos a una sociedad uruguaya empujando, acatando las recomendaciones de cuarentena y con la solidaridad a flor de piel con los más desprotegidos. Aquí no existe la lucha de clases, aquí vemos a la sociedad en su estado natural, colaborativa y solidaria.

Los que pueden seguir produciendo lo hacen, los que pueden seguir trabajando también. El mensaje desde el gobierno es claro, se hará lo que sea necesario para que la economía siga funcionando, con la prioridad de asegurar recursos para la emergencia sanitaria y social. Esos recursos no aparecen por arte de magia, por más que en el pasado los hayan hecho desaparecer como por arte de magia. Esos recursos, que son escasos, provienen de la producción, del trabajo y del talento uruguayo.

Entramos en una semana cargada de simbolismo, reflexión, oración y resurrección para los cristianos en el mundo. Nos parece por ello oportuno recordar el extraordinario mensaje con el que John Kennedy iniciaba su mandato en enero de 1961: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país”. Gracias por lo tanto a los médicos, fuerzas armadas, policías, a los emprendedores sociales, a los trabajadores públicos y privados y a todos aquellos imprescindibles como un tal Roberto Canessa que día a día sorprenden con su aporte.

Hoy más que nunca, como portando una divisa, y dando todo por mi país.

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