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Mentime que me gusta

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GUSTAVO PENADÉS

La novela por la votación de la Rendición de Cuentas que el Gobierno escribió durante tantos días no deja de sorprender.

Todo comenzó con un aumento del gasto de 280 millones de dólares que el muy conservador y ortodoxo ministro Astori autorizó sin problemas. Ese importante incremento será financiado con lo recaudado por el impuestazo que implica la reforma tributaria; con los 500 millones en UI colocados la semana pasada en Nueva York, y la inflación que se come los salarios de los trabajadores que, como todos a esta altura ya sabemos, funciona como un impuesto más que se cobra a los sectores que reciben ingresos fijos como jubilados y asalariados.

Lo primero que debemos tener claro, es que en el discurso, el gobierno es cuidadoso en lo fiscal y en el gasto de los dineros públicos. Una de las tantas lindas frases que el equipo económico gusta repetir y que es nada más que eso. Lo que antes era presentado como un acto de sujeción a los dictados de organismos internacionales, hoy es declamado como una virtud, que no se practica. Como decía Oscar Wilde, la hipocresía es el homenaje que el vicio le rinde a la virtud, por lo que no gastar bien los recursos que pagamos con sacrificio los uruguayos al menos les da vergüenza y no se atreven a decirlo de frente.

El aumento del gasto que propuso la administración Vázquez es irresponsable, y solo es posible financiarlo con un aumento de los impuestos como el que empezará a regir. Recibido en la Cámara de Diputados el ya inflado presupuesto los legisladores intentaron abrir el Proyecto para atender los U$S 30 millones necesarios para la Educación.

Antes, el Presidente dijo a sus diputados que los U$S 280 millones en que él y sus ministros incrementaron de gasto no afectaba el nivel de inflación, pero que los 30 millones que los diputados pretendían obtener constituían un posible foco inflacionario.

Esto no solo es una falta de respeto a la inteligencia de los diputados, sino a todo el país. No es necesario ser economista para saber que, si un aumento de 30 millones es inflacionario, más lo será si es de 280 millones!.

La inflación en este país sube todos los días comiéndose la recuperación salarial que impulsan los Consejos de Salarios. Estos ya no pueden evitar que esa recuperación tienda a cero por la escalada de precios. El poco cuidadoso gasto de los dineros públicos y la ausencia de las tan reclamadas políticas anticíclicas, así como la pasividad del Banco Central ante el ritmo inflacionario, son responsables del aumento de precios, no los 30 millones que los diputados querían para la Educación.

Que el Presidente y su Ministro de Economía le bajen línea a sus diputados es cuestión de ellos, pero que no esperen que el Parlamento y los uruguayos nos traguemos sus mentiras. Uruguayos y uruguayas: los 30 millones no mueven la aguja de la inflación, lo que la incrementa son los 280 millones que el Presidente decidió gastar junto a Astori, y lo que no quiere es permitir que los representantes de la ciudadanía aumentaran partidas con el pretexto de la inflación. Ni qué hablar del efecto que el impuestazo tendrá en los precios de la economía, por ejemplo el boleto y los alquileres.

Así que, por el respeto que el Poder Ejecutivo le debe a la independencia del Poder Legislativo y por honestidad intelectual, al menos que no nos mientan tan groseramente y disfracen de ciencia los caprichos del Poder Ejecutivo.

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