El asunto es hacerse notar de cualquiera manera. Se trata de montar un circo en que los monos y los payasos son las figuritas de siempre y sus números patéticas escenificaciones de la peor demagogia.

No importa si en ese afán de salir en la foto se pone en riesgo el trabajo que el gobierno y la mayoría de los uruguayos vienen haciendo desde el 13 de marzo. Quieren mostrar que a ellos nos los manda nadie.

El sábado último fue la prueba más elocuente: la Intendencia de Montevideo transformó en peatonal la avenida 18 de julio y una multitud se volcó a recorrer la arteria desde Ejido a Río Branco. La mayoría sin tapabocas y haciendo caso omiso a guardar la distancia recomendada por el Ministerio de Salud Pública. En vano resultó la exhortación del ministro Daniel Salinas de “hacer un uso responsable de la libertad”. Lo que pudo ser una experiencia interesante que beneficiara al deprimido comercio del Centro, se convirtió en un desafío y en un riesgo para todos los montevideanos.

Se sabe detrás de todo esto está el intendente Christian Di Candia, que montó el tinglado para su antecesor y aspirante a sucederlo Daniel Martínez. Sí, Martínez aprovechó para sacarse fotos con la gente. Caminó por 18 y llevaba tapaboca. Algunos esperaban con expectativa a Graciela Villar, su compañera de fórmula. Se había corrido la voz de que ambos protagonizarían alguno de sus bailecitos famosos.

No conforme con la polémica suscitada el sábado pasado, la Intendencia redobló su apuesta y repetirá la experiencia hoy, aumentando el radio de acción. La avenida será peatonal desde Minas hasta Andes. Y que conste que el comité de científicos que asesora al gobierno, jamás fue consultado sobre el tema.

¿Qué opinará de la medida el doctor Álvaro Villar? La tercera candidata del FA, la ingeniera Carolina Cosse sostuvo el lunes pasado en el programa Todas las Voces de Daniel Castro, que “había sido un error” habilitar para peatones 18 de Julio. No sé si lo dijo convencida, porque el jueves último se la vio caminar -con tapaboca- pero no respetando la distancia por avenida del Libertador rumbo al Palacio Legislativo en la marcha del Pit-Cnt.

La manifestación se celebró en “defensa de la salud del pueblo” y contra la Ley de Urgente Consideración. Al ritmo de murga, con pancartas y bombos anduvieron por los alrededores del Parlamento. El único orador fue el secretario general de la central sindical Marcelo Abdala. El amigo de Nicolás Maduro, sostuvo en su alocución que hay más de 200 mil compatriotas en seguro de paro y otros 400 mil que no están amparados por la seguridad social. No hay dudas que Abdala le hablaba a su compañero y exministro de Trabajo Ernesto Murro que, hasta el 28 de febrero último, se ufanaba ante las cámaras de que el mayor logro de los quince años de gobiernos del Frente Amplio era haber “incorporado al BPS a 500 mil trabajadores y 74 mil empresas”.

Desesperados en su vertiginoso proceso de decadencia, el FA apela a todo: circo, murga y bombos. No importa si ponen en riesgo la salud de los uruguayos. Como cantaba la patota peronista en la década del 1950: “Tranquilo Pocho, no tengas chucho, que somos machos y somos muchos”. Nos vemos en las urnas, en setiembre.