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Simplemente una canallada

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DIEGO FISCHER
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Es propio de gente de baja estofa. De personas que quieren ser protagonistas a cualquier precio y en su afán echan por la borda la imagen que pudieron tener, si es que verdaderamente la tuvieron.

Me refiero a las expresiones del ingeniero Ramón Méndez, formuladas en las últimas horas en un audio que se hizo viral. El excoordinador de la campaña del Frente Amplio tuvo la impudicia de poner en tela de juicio la honestidad del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH). Recordemos, el GACH lo integran el doctor Rafael Radi, el ingeniero Fernando Paganini y el doctor Henry Cohen. Tres personalidades que son orgullo para el Uruguay y que le han dado prestigio internacional al país. Estoy completamente convencido que a estos compatriotas les hubiera sido mucho más fácil y cómodo negarse a colaborar con el país.

Es sabido que el GACH fue una de las primeras iniciativas que puso en práctica el presidente Luis Lacalle Pou, cuando en marzo se detectaron los primeros casos de Covid-19 en nuestro país. Apeló a la Academia, la misma que tanto denostó el expresidente José Mujica.

“La conducción del GACH está haciendo los deberes al gobierno”, sostuvo Méndez, entre otros muchos dilates y descargó su veneno, su frustración y, lo que es peor, no tuvo ningún prurito en pretender denigrar el buen nombre de tres honorables personas.

Al cruce de sus afirmaciones salieron desde todos los partidos políticos a fustigar las afirmaciones de Méndez y ratificar su confianza en el GACH. Hasta el Frente Amplio, la fuerza política a la que pertenece Méndez, lo contradijo.

En estas horas, también la Academia Nacional de Medicina y la Academia Nacional de Ciencias expresaron públicamente su confianza en Radi, Paganini y Cohen.

Además de coordinador de la campaña de Daniel Martínez y Graciela Villar (¿habrá sido él quien le indicó a la fórmula del FA que bailaran al cierre de sus actos?), Méndez se desempeñó con anterioridad como director de Energía del Ministerio de Industria del gobierno de José Mujica. Cabe preguntarse si tuvo y cuál fue su participación en la malograda Regasificadora.

Ayer, nos enteramos que Méndez, en enero pasado, cuando el gobierno de Tabaré Vázquez estaba en retirada, firmó un contrato con la Oficina de Planeamiento para evaluar la eficiencia del gasto en ciencia y tecnología. Percibió $ 330 mil más IVA. La información fue proporcionada por el programa Así nos va, de Radio Carve, que además aportó documentos.

Criticar a quienes están haciendo un esfuerzo titánico porque el país no recorra el doloroso camino que han transitado Argentina y Brasil, es por lo menos una canallada. Pensar que se saca algún rédito intentando manchar el honor y el buen nombre de personas honorables, resulta despreciable.

El ingeniero Méndez formó parte de administraciones que hicieron culto a la mentira. Tal vez no se enteró que el gobierno que asumió el pasado 1° de marzo, tuvo doce días después el desembarco del Covid-19. Si el gobierno anterior hubiera invertido la plata que le pagó a Méndez en enero en comprar test de Covid-19, cuando ya se sabía que era inminente la llegada de la peste, el país hubiera tenido, desde el vamos, alguna herramienta para luchar contra la pandemia.

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