Y se viene el paro general. Para el jueves el Pit-Cnt dispuso una jornada de detención total de tareas “contra el hambre, la desigualdad, por trabajo y salario, en defensa de la vida…”.

Es absurdo pero esos son los reclamos de la central obrera y además, “en solidaridad con los 15 docentes de San José”. Cabe recordar que estos profesores fueron sancionados por violar la laicidad.

“En un momento en que se intenta volver a la presencialidad, que la gente está desesperada por la vacuna, un paro de estas características podría afectar todo el proceso y esa no es una decisión que compartimos”, sostuvo esta semana a La Diaria Jorge Bermúdez, secretario de la FUS. No se puede afirmar que Bermúdez sea oficialista.

Sería una inocentada pensar que al Secretario Ejecutivo del Pit-Cnt, Fernando Pereira y a sus compañeros de elenco los mueve el altruista sentido de la solidaridad o el legítimo derecho de protestar por situaciones de injusticia. Digamos las cosas por su nombre: es una medida política, contra un gobierno que mantiene altísimos niveles de popularidad y su gestión sigue siendo aprobada por un porcentaje mayor a los votos que cosechó en noviembre de 2019.

Este Pit-Cnt es el mismo que en marzo del 2020 y en el comienzo de la pandemia, convocó a un cacerolazo. El gobierno había asumido 25 días antes y el Ministerio de Salud Pública se desvivía para conseguir los test de Covid-19 y no tuvieron mejor idea que llamar a golpear cacerolas. Lo que lograron fue desvirtuar el sentido que este tipo de protestas tiene para los uruguayos. En la década de 1980 se caceroleaba por libertad y democracia. Y eso no está en juego en Uruguay desde 1985.

Como sucede siempre, al parar el transporte, no sabremos quiénes adherirán libremente a la medida de fuerza y quiénes lo harán obligados. Sí podremos calibrar cómo se verán perjudicados las personas que tienen hora para vacunarse ese día.

Si el hambre, la desigualdad, el trabajo y el salario, le preocupan al Pit-Cnt, ¿por qué no convocaron a una jornada solidaria en que los uruguayos libremente donáramos un jornal o parte del mismo para las personas o instituciones más afectadas por la pandemia? Me adelanto a afirmar que serían muchísimos los compatriotas que acompañarían la iniciativa. Claro que habría que dejar de lado lo de la solidaridad con los docentes de San José, porque solidarizarse con ellos sería cuestionar ya no solo a la autoridad competente que aplicó la suspensión, sino también cuestionar el principio de laicidad consagrado en la Constitución. Lo que no entiendo por más vueltas que le doy es lo de “en defensa de la vida”. ¿A qué se refieren? Sería importante que lo explicaran.

Formo parte de ese grupo numeroso de uruguayos que trabaja por su cuenta. Los logros y los fracasos en mis emprendimientos dependen, fundamentalmente, de mí. Si no cumplo con mi tarea no percibo remuneración, No es una queja, todo lo contrario, yo elegí libremente este camino hace muchos años. Me duele la dura situación por la que atraviesan miles de compatriotas que no tienen trabajo. Y lamento muchísimo las muertes que, cada día, genera el Covid-19. Celebro también el notable avance del plan de vacunación. Fui, soy, y seré un defensor de la vida.

Por todo lo antedicho no avalo ni acataré el paro del próximo jueves.