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¿Desmemoria o cinismo?

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Diego Fischer
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En defensa de la política” se titula una propuesta de la lista 609 del Movimiento de Participación Popular (MPP), que procura la aprobación de 16 medidas para “enaltecer la política” y “blindar el sistema de partidos”.

Sí, como leyó. Mujica y Lucía Topolansky, se embarcaron ahora en la cruzada de acordar con el resto del Frente Amplio, normas que combatan prácticas como el acomodo, el amiguismo, en definitiva, la corrupción. También enarbolan la bandera de la ética.

“Si desconfiamos de la función de la política, hipotecamos la única herramienta que tenemos para poder andar. Hay una verdadera epidemia de antipolítica en el mundo en el que vivimos y también en nuestro país… muchas veces impulsada por aventureros y a veces por poderes fácticos”, expresó Mujica en su audición de radio, días pasados. Mujica y su mujer, hablan como si nunca hubieran estado en el gobierno u ocupado cargo público de responsabilidad.

“Nosotros no lo hemos hecho nunca”, respondió Topolansky el jueves último en TNU, ante una pregunta del periodista Gustavo Vaneskahian, si su fuerza política había acomodado a gente en algún cargo en el Estado y añadió “si la gente tiene recuerdos de otras épocas…”

Topolansky es hoy Vicepresidente de la República. Accedió al cargo, luego que fuera obligado a renunciar su antecesor Raúl Sendic, procesado por abuso de funciones y peculado. Fue también Topolansky la que dijo y repitió que ella había visto el inexistente título de licenciado en genética humana de Sendic.

Por su parte Mujica, ahora tan preocupado por la credibilidad de los políticos, es el mismo que cuando ocupaba la Presidencia de la República, amparó y cobijó a Gustavo Torena , (El pato celeste) un personaje hoy procesado con prisión por la Justicia que manejaba negocios oscuros con el oscuro régimen de Venezuela. Torena, era uno de los hombres más próximos al expresidente, que supo tener su oficina en la mismísima Casa de Gobierno.

Fue durante el gobierno de Mujica, que se celebró la fiesta de los U$S 350 mil en la refinería de Ancap. Y fue también durante su mandato que la monopólica empresa estatal quebró, dejando una deuda de más de U$S 800 millones, que seguimos pagando hoy todos los uruguayos. También en su gobierno se aprobaron los decretos que habilitaron la construcción de la frustrada planta regasificadora en Puntas de Sayago, otro muerto que todavía no sabemos cuántos millones de dólares nos costará.

Mujica autorizó la construcción del Antel Arena y provocó una crisis en la actual administración del presidente Tabaré Vázquez, cuando el ministro de Economía, Danilo Astori, dispuso la detención de las obras.

En el gobierno de Mujica, se incrementó la plantilla del Estado en más cincuenta mil puestos y los altos jerarcas del Gobierno tuvieron incrementos salariales siderales. El país de primera que prometió en la campaña electoral de 2009, se convirtió en una república de cuarta.

Mientras Mujica se abrazaba con Cristina Kirchner y Hugo Chávez, Lucía Topolansky declaraba su admiración a La Cámpora, uno de los grupos más siniestros y corruptos del kirchnerismo.

Hoy estos señores, hablan de buenas prácticas políticas y de ética. Como te digo una cosa, te digo la otra.

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