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Es en serio

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danilo arbilla
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El presidente fue a la casa de ellos. Les llevó el anteproyecto y les dijo que en la interna de la coalición de gobierno iban a dedicar un mes a afinar posiciones, antes de enviarlo al Parlamento.

El propósito es que lo tuvieran, que lo recibieran de las propias manos del primer mandatario, para tener una visión previa, para que lo estudiaran, lo analizaran y se prepararan para hacer lo suyo; esto es, sus aportes, marcando acuerdos y diferencias , fundamentos y las alternativas que proponen.

La primera respuesta que se conoció, casi sin hojearlo me supongo por lo inmediata, fue que el presidente incumplió con su promesa electoral de no aumentar los años para la jubilación. ¡Pica!.

Y el anteproyecto ¿qué les pareció? Con igual inmediatez se supo: la respuesta la dio el ala sindical. Están en contra: aumenta los años, lesiona derechos adquiridos (¿de quién, de los militares, los bancarios, de los de las caja civil o de profesionales?), no se ocupa de los niños, de las viudas, de los minusválidos, de los heridos de guerra (y mar para Bolivia).

Yo qué sé: estamos hablando de jubilaciones, muchachos.

También anticiparon aportes y propuestas alternativas: paro general de 24 horas para hacer boca y movilizaciones a granel y por lo menos, prometidas, recolecciones de firmas varias para derogar la ley, sea lo que sea y contenga lo que contenga.

El presidente quizás sea algo ingenuo, pero no autoritario y antidemocrático: podría, una vez puestos todos de acuerdo en la CR, ir al parlamento y prácticamente, aprobarlo a tapas cerrados. Antecedentes ya los hay, más de uno y de años recientes. También podría haber hecho una gran ceremonia: estrados, bailes y música po-pular , artistas a lo Petro, a lo AMLO, a lo Chávez y lo Maduro, a lo Cristina (la jefa), a lo Fidel, a lo Lula, a lo Bolsonaro (que no es del palo, pero más o menos la misma cosa).

¿Que incumplió promesa?; lo admitió y explicó que el trabajo de los expertos le hizo ver que los números no daban y que la situación era muy grave. Y asumió y se puso el tema al hombro para llevarlo adelante, e ir a donde tuviera que ir en pos de su aprobación.

Si uno se pone a pensar un poquito, y en este tema de las jubilaciones vale la pena hacerlo porque es muy serio, al presidente le hubiera sido más fácil cumplir con su promesa electoral. Esto es, no tocar nada: que cada cual se jubile como quiera, seguir subsidiando a mano abierta, e incluso no ser nada avaro con aumentos y premios a jubilados: quizás añadir un aguinaldo o dos. También ampliar planes del Mides ( ¡alerta Delgado!) Tal cual va la situación económica y más con lo que se ahorraría al no hacer los plebiscitos y con lo que se pierde en paros, llegaría cómodo al fin de su mandato y por supuesto a las próximas elecciones. Habría que disimular un poco, para las investigadoras de riesgos, pero en eso se le puede pedir asesoramiento a Cristina y Alberto (y ahora Sergio), a través de sus correligionarios de acá.

¡No es joda!, todos lo tendríamos que tomar muy en serio. En diez años, si no antes, no se podrán pagar las jubilaciones. Y ya será tarde.

Para los marxistas planificadores eso se arregla con libreta de racionamiento (léase salario básico universal). Para el pueblo, por supuesto; el cascarriaje como se ha dicho.

Distinto será para burócratas, dirigentes, militantes y grupo de choque, los que además tendrán licencia gremial permanente. Más que en la Enseñanza.

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