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Pido permiso señores...

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DANILO ARBILLA
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Y señoras por supuesto. Es que me ajusté al recitado del tango. Permiso para divagar. Léase: “hablar, escribir o pensar desordenadamente, sin ajustarse a un tema determinado y sin tener un objetivo para el discurso”.

¿Qué más puedo agregar? Estos cuatro días que restan hasta la veda me los imagino terribles para los candidatos. Hay más riesgos de meter la pata que de noquear definitivamente al adversario.

¿Ya está todo cocinado? Yo qué sé. Parecería que sí. Pero mejor dejémoslo en manos de las encuestas, las que incluso en esos últimos tiempos vienen de copete parado.

¿Hablar del día después? Que se puede decir, que van a ser muchos más y decididamente no fáciles. Para ello el Pit-Cnt hará su aporte, sin duda, como ya lo anunciaron sus dirigentes desde aquí, o desde el Caribe o Cuba o Chile. Se preparan para el combate y habrán de resistir, nos dicen. En defensa del salario y de los derechos conquistados. ¿Y qué pasa con los derechos perdidos, como el de propiedad, o a trabajar, por ejemplo?.

Mientras tanto y en cumplimiento de su mandato gremial saludan la liberación de Lula, condenan el golpe de estado en Bolivia, niegan el fraude, reiteran cariños por Maduro y festejan a Alberto Fernández y la vuelta del kirchnerismo.

Todo dicho en genuina representación del sentir y pensar de los trabajadores uruguayos, aunque haya desubica-dos que crean, de acuerdo a lo del 27 de octubre pasado, que esa “unanimidad” proletaria no es tal.

Temita este del Pit-Cnt y sus comandantes. Decididamente se la van a hacer difícil a Luis Lacalle, como ya lo anunciaron. Y a Daniel Martínez también llegado el caso. Me lo veo al ingeniero flanqueado por los “potrillos” Astori y Mujica, tratando de que entiendan que hay que ajustarse, que se van a seguir cerrando empresas, yéndose inversionistas y sumándose desempleados cuyos “derechos conquistados” se van al carajo al decir del expresidente. Me lo veo a mi tocayo con paciencia y voz cansina tratando de hacerles ver que UPM hay una sola y que el país no tiene mucho más para entregar. Mujica más expeditivo (me lo imagino): “estos no entienden un carajo (otra vez), están prendidos de la teta; es la burocracia que siempre les digo, llenan todos los cargos pero no tienen conciencia de Estado”.

Supongo -todo es un suponer- que Lacalle deberá plantear otro tipo de estrategia. Es otro tipo de diálogo, que es menos fácil cuando se trata de resistentes.

En fin, lo del balotaje es bueno para hacer pronósticos. Hay un 50% de posibilidades de embocar y también las mismas de errar, pero hay que pensar en positivo.

Para entretenerse en tanto, propongo como idea tratar de desenmarañar el porqué siempre en las noticias internacionales los palestinos son refugiados o miembros de una u otra organización que lucha por la devolución de la tierra prometida, pero nunca terroristas y siempre son “asesinados” por los soldados israelíes, mientras que estos, cuando les toca, simplemente resultaron muertos. O por qué los que están con Uribe siempre son malos y los de la FARC son buenos y no tienen ningún tipo de antecedentes ni nada que ver con los narcos.

No es fácil seguirlos. Hay que una especie de fusión -o maridaje para hablar a la moda- entre los sinónimos y los antónimos. Que no sé bien cómo explicarlo.

Por ejemplo, cómo entender lo de la liberación de Lula. La primera impresión es que fue una especie de caída de la Bastilla -con Marsellesa y todo- con decenas y cientos de miles de personas marchando arengados por Maduro, Ortega, AMLO, el Foro de San Pablo, Óscar Andrade desde Cuba, la propia Cuba, Nin Novoa, Mujica, Evo Morales (el de antes), Cristina Kirchner, con cierta discreción y Alberto Fernández que se sube a todos los carros y en cualquier momento se da el gran porrazo. Esa es la sensación, no es lo que dicen las fotos: aparecen unos poquitos, cientos a lo sumo, no se registran muertos, ni heridos, ni detenidos ni choques entre policías y manifestantes. Hay contradicciones como con las puteadas de Lula en nombre del amor. La cuestión es que fue liberado en aplicación de las normas legales que rigen para determinado tipo de reos de acuerdo con los delitos cometidos. Lula estuvo un año y medio preso y desde hace casi un año sus abogados -no el pueblo que arde en la calle- han recurrido a diferentes manganetas para lograr su libertad anticipada. Se le concedió cuando correspondía. Pero mientras, no puede ser candidato por los próximos siete años y se le siguen otros siete juicios por corrupción.

Esa es la realidad, pero Lula figura como preso político, Correa como perseguido político y Cristina K, yo qué sé, como una “suelta” política. No es lo mismo sin embargo lo que pasa con varios expresidentes peruanos -Toledo, Humala, PPK y el fallecido García- o los opositores presos en Venezuela y Nicaragua. No es lo mismo, o si no que se lo pregunten al Pit-Cnt.

Por ejemplo, los disturbios en Chile son la consecuencia de la inequidad social, de la mala redistribución de la riqueza, producto de una política neoliberal. Que la política tiene algo de liberal es verdad, es la que aplicaba Buchi el ministro de Economía de Pinochet, y la seguida por todos los gobiernos de izquierda que han gobernado en Chile (Piñera es la excepción que confirma la regla).

Los disturbios en Bolivia en cambio, son otra cosa. Son un golpe de estado. Y va variando todos los días. Evo rajó, está cómodo en México, pero dice que va a volver. ¿ Volverá?

En Bolivia se da un lindo caso para desenmarañar. Uno de los líderes de la revuelta ha sido Luis Fernando Camacho Vaca, conocido como “el Macho”. Fue acusado de ser misógino y de ser el Bolsonaro de Bolivia; estaba servida.

Ahora, el acertijo que le dejos es este:

Evo, en sus mejores tiempos era recibido y festejado por sus más fervientes seguidores con estos cánticos:

-“nuestro presidente mujeriego es, y cambia de chica en un dos por tres”;

-“nuestro presidente muy pícaro es, solo quiere una y se come tres”;

-“este presidente de buen corazón, a todas las ministras les quita el calzón”;

-“ahora la ministras van por los balcones, pidiendo limosnas para los calzones”.

Cómo se define esto teniendo en cuenta, eso sí, aquellas celebre máxima de “que si es de izquierda no es corrupto y si es corrupto no es de izquierda”, maridada ahora con que “si es de derecha es misógino y si es misógino es de derecha”.

Ahí se los dejo.

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