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El último libro de Antonio Mercader

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DANILO ARBILLA
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Con Antonio (Manino) Mercader, Néber Araújo, Conrado (Connie) Hughes y Francisco (Pancho) Vernazza nos reuníamos a almorzar una vez por mes, por lo menos. Ahora somos cuatro; Manino murió hace ya más de dos años y medio. La última vez que nos juntamos los cinco fue el 8 de octubre de 2018.

Que recuerde, nunca nos habló de un nuevo libro a publicar. Quizá estaba en esos inacabables últimos repasos de control de calidad; en un periodista de su nivel -del más alto- no se conciben apresuramiento ni ligerezas; tampoco dejar cabos sueltos.

El libro, El último golpe Tupamaro. El MLN y los etarras en el Filtro, fue editado por Aguilar hace unas semanas y presentado por su hija Amparo Mercader y los periodistas Leonardo Haberkorn y Facundo Ponce de León el pasado 24 de agosto, día en que se cumplían 28 años de aquel trágico y lamentable hecho.

“(…) Sobre lo ocurrido el 24 de agosto de 1994, aquello que los tupamaros rotularon ‘la masacre de Jacinto Vera’, nunca se dijo toda la verdad. Es lo que pretende hacer este libro”, anuncia el autor.

Ya en la introducción, Mercader advierte que con el paso del tiempo “el rasgarse las vestiduras de la izquierda” y “la admisión de culpas y los reproches a los tupamaros fueron quedando en el olvido para atribuirle la entera responsabilidad (de lo ocurrido) al gobierno de la época”. La versión final de los hechos quedó desbalanceada, dice Mercader, “una situación” que, indica, su “trabajo pretende enmendar”. A eso le dedica 250 páginas con abultada documentación, innumerables testimonios -incluso una entrevista a Eleuterio Fernández Huidobro-, amplísima bibliografía y un muy extenso y riquísimo material periodístico, nacional y de España, particularmente. Y ordenado a lo Mercader.

Una crónica que no deja nada de lado en una especie de “puzzle” perfectamente acabado, según coincidieron los presentadores. El elegante y ágil estilo periodístico del autor y la perfecta sincronización y ubicación de los hechos que hacen a la historia, facilitan la lectura y atrapan al lector. Es un libro que se lee de un tirón.

Sin embargo, es un libro para leerlo muy despacio. Para masticarlo mucho y así poder digerir bien las cosas. Para bien de todos, porque, parecería que aún hay asuntos que no se terminan de entender. Es un libro que recuerda y ubica y, al mismo tiempo, alerta y advierte.

Se ha dicho que era necesario para sumar un “relato” con otra óptica y compensar el “relato” oficial de la izquierda, y así contribuir a delinear la verdadera historia de la última mitad del siglo anterior y algo más de la primera década del presente. Y efectivamente es así y será de una gran utilidad para los historiadores que, en el futuro, con mayores perspectiva y seriedad, se ocupen del tema. Pero no es un libro de historia, que hable del pasado, sino que es una libro de urgente actualidad.

Mercader dedica buena parte de su trabajo a mostrar y probar las conexiones entre la ETA y los tupamaros. Una relación de años y muy estrecha, sobre la que los documentos y la información de diferentes fuentes que se manejan no pueden dejar dudas y que explica toda aquella acción de los Tupamaros que embretó a la izquierda, con gran entusiasmo por parte de la Universidad, la FEUU y el Pit-Cnt, en defensa de tres miembros de la ETA cuya extradición dispuso la justicia uruguaya a solicitud de la justicia española.

La crónica expone también la arrogante, poco seria e impertinente conducta de los gobiernos y gobernantes españoles y de igual forma de la prensa de la península.

La prensa de España estaba embarcada en una furibunda campaña contra ETA, que tendría sus razones, pero en la que no siempre fue muy profesional ni ética. Les dio como en bolsa, tanto a nuestro gobierno como a la izquierda y a los promotores de la campaña en contra de la extradición. Identificó a los tupamaros como socios de los etarras y a José Mujica y Fernández Huidobro como los principales protagonistas de la agitación. Es cómico porque unos 20 años después esa misma prensa española, con notas y entrevistas, también nada profesionales por lo complacientes y militantes, elevaron a Mujica a la condición de filósofo, poco menos.

Es estupendo y escalofriante cómo Mercader cuenta el peor momento de los incidentes -“caos de 14 minutos”- que costaron la vida a un joven baleado por la policía.

Hay otros aspectos que resaltan, sobre todo vistos a la luz de hoy. La conducta del Pit-Cnt que decretó dos paros generales en apoyo de los etarras. Destaca Mercader que se trató de una “actitud de exagerada solidaridad”, “sin precedentes en la vida sindical uruguaya”. El Pit-Cnt, se recoge el libro, “decretó una huelga general por tiempo indeterminado en solidaridad con el terceto del Filtro” y añade que “en la historia sindical del país la declaración de huelga indefinida por causas ajenas a temas laborales se verificó solo en casos excepcionales” como el golpe de estado. El otro hecho fueron los partes de los médicos del Filtro, que no reflejaban el estado real de los etarras, sino que los presentaban en una situación más grave debido a la “huelga de hambre”, lo que azuzaba a la multitud. Funcionarios no del Estado sino al servicio del partido. Cuadros. Médicos que a su condición de tales sobrepusieron su militancia política.

Un libro para leer, todos. Para leer despacio, como se señalo al principio, y cavilar.

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