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La justicia en la mira

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DANILO ARBILLA
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El gobierno kirchnerista no niega su ADN bolivariano y arremetió contra la justicia. Presentó, a modo de “aperitivo”, un proyecto que modifica la estructura del fuero judicial al tiempo que blande una espada de Damocles como aviso a tribunales, jueces y fiscales y también a la Suprema Corte.

El primer paso es meterles miedo, crear inseguridad y más adelante poner jueces amigos o meras marionetas.

Así ocurrió en Venezuela, donde Chávez siguió los pasos de su amigo fujimorista, Vladimiro Montesinos, y creó un poder judicial con magistrados “provisorios” cuya permanencia dependía del Ejecutivo o sus huestes en el Congreso. Luego, ya no fue necesario: los jueces respondían al mando. Pasa en Nicaragua y pasó en el Ecuador de Correa y en la Bolivia de Evo Morales. Este designó en la Suprema Corte a un juez amigo, el que para sus dictámenes arrojaba al aire una hoja de coca y según como cayera decidía. Y no es cuento.

Alberto Fernández, presidente delegado, creyó del caso darle “seguridad, credibilidad y transparencia” al sistema, con cambios en juzgados donde, en más de uno, se procesan causas contra Cristina K. El presidente habló de “persecución política” que se llevó a cabo desde los tribunales. A buen entendedor pocas palabras bastan.

Y no se quedó ahí: propuso un Consejo integrado por 11 juristas para asesorar “al Presidente en aspectos claves del servicio judicial, como la composición de la Corte Suprema, el funcionamiento del Consejo de la Magistratura” y otros. Quedan notificados Corte y Consejo: si no se portan bien vendrá otra reforma judicial y ahí se barre con todo.

Curiosidad: el Consejo de la Magistratura acaba de cuestionar los destinos de 10 jueces federales. También alguno de ellos a cargo de causas contra la “jefa”.

Pero la joya de la corona es que uno de los 11 integrantes del Consejo asesor presidencial es el abogado defensor de Cristina K. Un “veedor” de los otros diez y de Alberto Fernández también.

Imagine el lector las repercusiones si a las Cortes Supremas se les ocurriera formar consejos para asesorarlas sobre el “manejo del Ejecutivo” y sobre eventuales cambios en su composición y funcionamiento.

Y en tren de imaginar ¿qué harían si tuviera un Fiscal de Corte como aquí con poderes, autonomía e independencia, designado en período anterior y por 10 años? Lo degollaban de parado (ver caso Nisman). ¿Eso es lo que le gustaría a Cabildo Abierto? ¿Volver al colegiado, al 3 y 2 o al 2 y 1? ¿Para la Justicia? Mmmm…

La justicia argentina, volvemos, no es muy creíble: Cristina se burló de ella cuantas veces quiso y su hija Florencia dio parte de enferma instalada en Cuba y ahora se pavonea por Buenos Aires. Ganó su mamá y sanó.

Todo un “progresismo mágico”, ¿no?

La oposición hace convocatorias populares y habrá que esperar para medir “fuerzas”. El presidente cae en las encuestas, lo de la deuda sigue duro, la pandemia se agrava, la seguridad hace agua y la economía no se arregla con discursitos y la situación de la gente no se soluciona con subsidios y emisión. Pero nada esta dicho: los peronistas hacen milagros.

No consiguieron beatificar a Evita es cierto, pero puede que lo logren con Cristina. Ahora tienen a Francisco, que es kirchnerista. Hasta Hebe y Maradona tienen chance.

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