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No es el camino

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DANILO ARBILLA
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Al escritor Umberto Eco no le caían bien las redes sociales. No era que les negara virtudes pero sostenía y reiteraba que “las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de imbéciles que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad.

Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas”.

Murió antes que Trump y Bolsonaro asumieran sus presidencias: ¡lo que diría ahora!

Ambos presidentes en su desprecio por la libertad de prensa y su odio a los periodistas independientes han hecho de las redes y en especial twitter, su instrumento de comunicación con el público y de ataque a los medios.

Trump se ha enojado y hoy arremete contra las plataformas. Lo mismo hizo con la prensa tradicional a la que utilizó y luego escupió. Ahora pretende repudiar a los instrumentos que han sido sus mejores auxiliares en sus campañas contra la libertad de prensa.

Lo que sucede en Brasil no es menos grave, en tanto. La Rede Globo y Folha do São Paulo han resuelto no cubrir las ruedas presidenciales que tienen lugar en el palacio de la Alvorada (residencia presidencial), debido a que sus periodistas son insultados, presionados y escrachados por los militantes bolsonarista. ¿Solo por eso? ¿Qué dejamos para los corresponsales de guerra? Y, sin ir tan lejos ¿qué dejamos para los periodistas mejicanos que son insultados por el propio presidente López Obrador durante sus diarias conferencias de prensa? La SIP ha condenado la conducta del mandatario mejicano calificándola de “incitación a la violencia”.

¿Cómo van a informar ahora sobre esas ruedas de Bolsonaro? ¿En función de lo que él diga por twitter, o de lo que circule por twitter; a favor y en contra, en serio y en broma, con adulonerías o con insultos?

¿Twitter como fuente? Parecería que no es el buen camino. El quid del asunto está en cubrir la información en el lugar de los hechos. Ha sido y es mejor ir a los actos y contar la gente de a uno, que mirar las fotos trucadas de antaño, o por lo que dicen las redes y lo que se ha hecho “tendencia”. Después vienen las sorpresas; en las elecciones por ejemplo.

Pero parece que la idea es que hoy por hoy los temas del momento lo marcan las redes. (Por eso hay crisis en la prensa).

¿Y será tan así? Las redes, sin los medios tradicionales son muy poco: sobre todo en credibilidad. Lo que pasa es que da la sensación que hoy la principal tarea de los periodistas es levantar -refritar se decía- a las redes, informar sobre lo que estas dicen y creer que los protagonista son los que saben moverse en éstas.

Las redes, ¿y de cuántas personas estamos hablando efectivamente? Es un tema a tratar en el que habrá que ver de cuantos twitter puede ser titular una sola persona y hablar de trolls, de “boutiques” y de “granjas” en donde uno y en particular los gobiernos, pueden “abastecerse”.

No es buena cosa que los “twitter” sean la fuente principal de los periodistas.

Por suerte no es general y, además, mucho peor es lo de los gobernantes que bailan según el ritmo que le marcan las redes. Y esa es la otra cara de la moneda: por un lado los que abusan como los citados Trump y Bolsonaro, y por el otro los que están pendientes de los “trending topic” y actúan en función, como hasta no hace tanto lo hacían respecto a las encuestas. Y así les fue a muchos.

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