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Juego sucio de dudosa legalidad

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claudio fantini
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La recurrente difusión de audios en los que Cristina Kirchner y Oscar Parrilli, es desagradable y expone un espíritu violento y cargado de desprecio. Pero en estos días no resulta ni lo más grave ni lo más revelador.

El desprecio de Cristina por quienes la confrontan y la denuncian era conocido desde que gobernaba su marido. Tampoco hay novedad en el desprecio al Partido Justicialista, ninguneado durante sus dos presidencias.

Lo más grave no está en esos diálogos telefónicos plagados de vulgaridades. Lo más grave está en la recurrente difusión pública de grabaciones que no debieran salir de los despachos judiciales donde fueron ordenados. Cada filtración resulta oportuna para el gobierno de Macri. Cristina y Parrilli se expresan con desprecio hacia el peronismo y hacia Sergio Massa, en momentos en que la ex presidenta intenta unir kirchnerismo y peronismo.

La difusión de esa vieja grabación no puede tener otro objetivo que el de dinamitar el acercamiento en marcha. Lo dudoso es la legalidad de que, una vez más, se hayan filtrado grabaciones ordenadas para investigaciones judiciales, y no para jugadas políticas. Tanto el Código Procesal Penal como la Ley de Inteligencia permiten a los jueces interceptar comunicaciones. Lo que no permiten es la filtración de esos registros para que lleguen a la prensa.

La legalidad del procedimiento judicial de interceptar comunicaciones privadas, no otorga legalidad a la filtración y publicación de esos registros. ¿Por qué, entonces, no se toman medidas para investigar y castigar a los miembros del aparato judicial que producen las filtraciones, y también para evitar que haya medios que sigan dando difusión pública a lo que no debiera difundirse?

Cristina jamás ocultó su menosprecio por el partido creado por Perón, en el que militó siempre. Tampoco ocultó ese viscoso desprecio por todo aquel que la contradijera, cuestionara su verticalismo personalista o la denunciara por corrupción. Por eso, lo nuevo de esta nueva filtración no está en lo que dice la ex presidenta, sino en el blanco al que apunta. Ese blanco es el intento de reunificación del peronismo.

Muchas cosas se le pueden cuestionar a esta iniciativa que imanta conspiradores y oportunistas. Lo que no se puede es jugar sucio contra ella. Y la filtración y difusión de escuchas telefónicas implican juego sucio, además de actos de dudosa legalidad.

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