Publicidad

El error de buscar otro mandato

Compartir esta noticia
SEGUIR
carlos alberto montaner
Introduzca el texto aquí

El presidente Joe Biden le pidió disculpas a un joven periodista a quien había maltratado de palabra públicamente. Lo llamó por teléfono y le explicó que no era una cuestión personal. Eso está muy bien. La humildad de los líderes y la petición de excusas deberían ser obligatorias.

A Biden le dejaron un micrófono abierto y se oyó claramente lo que decía. Una de las reglas de los políticos es vigilar los micrófonos. Otra debiera ser no insultar a nadie, y mucho menos a un periodista que le hace una pregunta, aunque sea capciosa.

El 20 de enero, la televisora NBC publicó una encuesta que indica que seis de cada diez personas desaprueban la forma en que gobierna. La sociedad ni siquiera aprueba el manejo de la pandemia, pese a que era el caballo de batalla de Biden. El 53% lo desaprueba y 44 % lo respalda.

En 30 años en que mide la idoneidad para el cargo a los doce meses de gobierno, solo un presidente salió peor que él, pese a sus bravuconadas: Donald Trump. En efecto, Biden bajó 10 puntos: de 53% a 43%, pero Trump, al año de estar en el poder, apenas tenía 39% de apoyo.

McLaughlin y Asociados, una firma de abogados prestigiosos, con más de cien clientes en el mundo de las grandes corporaciones norteamericanas, a las cuales les procura las mejores estrategias posibles, realizó una encuesta sobre las elecciones del 2024, con una hipotética revancha entre Trump y Biden. Encontró que, si bien Biden le había ganado a Trump por más de siete millones de votos en el 2020, perdería por 5% en el 2024.

Biden tiene bajo apoyo popular por la inflación, la salida de Afganistán y el desabastecimiento.

¿Por qué? Por la inflación, por el precio de la nafta, por la precipitada salida de Afganistán que tanto recordaba a Vietnam, por el desabastecimiento parcial de los supermercados (como consecuencia de los camioneros y la pandemia). Y porque, hasta cierto punto, pese a no tener ningún asidero en la realidad, ha funcionado la campaña que presenta a Biden como un anciano decrépito que no sabe lo que dice o hace.

No hay en Biden el menor signo de demencia senil. No tiene cambios de conducta significativos. No oye voces ni tiene visiones raras. Camina erguido. No olvida nada importante. Olvida, sí, algunos nombres, pero eso le sucede a cualquier persona que se aproxime a los 80. Lo sé porque tengo la edad de Biden.

La edad es muy importante. En el 2024 Biden tendrá 82 años. No tiene sentido aspirar a otro mandato. Ya le hizo un gran servicio a Estados Unidos quitándole de encima a Trump, otro anciano mucho más dañino y empeñado en mentir sobre el supuesto fraude electoral que llevó a Biden a la Casa Blanca.

Incluso, el gesto de persona sensata de Biden, separándose de la competencia electoral por su avanzada edad, tendría una consecuencia imprevista: jubilaría de paso a Trump, haciéndole el mayor y el mejor servicio a su patria. Es inconcebible que en un país de 330 millones de habitantes, los ciudadanos tengan que elegir entre dos octogenarios.

La apertura de primarias en los dos partidos le traería al país una bocanada de aire fresco. En el Demócrata no necesariamente sería la VP Kamala Harris quien gane la candidatura, aunque aspiraría, y en el Republicano no sería quien designara Trump, por la tensa situación creada entre el expresidente y Ron DeSantis, gobernador de Florida y presuntamente su discípulo. La crisis fue revelada por el periódico The Hill.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premiumCarlos Alberto Montaner

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad