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Evitar muertes

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BJORN Lomborg
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En los países ricos, las principales causas de muerte son los accidentes cerebrovasculares, los ataques cardíacos y el cáncer, lo que representa más de dos tercios de todas las muertes.

En los países ricos, las principales causas de muerte son los accidentes cerebrovasculares, los ataques cardíacos y el cáncer, lo que representa más de dos tercios de todas las muertes.

Pero, respecto del mundo más pobre, la gente a menudo asume que las enfermedades infecciosas como la diarrea, la tuberculosis, el SIDA, la malaria, el sarampión y el tétanos son las principales causas de muerte. Eso ya no es cierto. Aunque todavía son amenazas importantes, la mayor disponibilidad de medicamentos y vacunas, junto con los niveles de vida más altos, han hecho que este tipo de enfermedades transmisibles disminuyan a menos de 9 millones de muertes al año.

Por primera vez, más gente en el mundo en desarrollo está muriendo a causa de accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos que de enfermedades infecciosas. Combinadas, estas enfermedades llamadas no transmisibles o ENT, causan casi dos tercios de todas las muertes en el mundo en desarrollo, unos 23 millones al año. En Uruguay, el 86% de todas las muertes son causadas por enfermedades no transmisibles.

La profesora Rachel Nugent de la Universidad de Washington examina una serie de objetivos que colectivamente podrían reducir casi en un tercio todas las muertes prematuras por ENT en 2030. El número de personas afectadas por estas enfermedades se espera que aumente en un 17% en los próximos diez años. Para Uruguay, las muertes por ENT se han incrementado un 13% en las últimas dos décadas.

El tabaco, el mayor asesino único causará 10 millones de muertes en 2030. En Uruguay, la Organización Mundial de la Salud estima que el 15% de las muertes de adultos son causadas por el tabaco. Como los países ricos han mostrado, la forma más eficaz para reducir el tabaquismo es aumentar drásticamente los impuestos.

Alrededor de mil millones de personas en el planeta sufren de hipertensión, lo que causa 9 millones de muertes. La hipertensión afecta al 41% de los adultos en Uruguay. El costo del diagnóstico y los medicamentos económicos para la hipertensión sería de US$ 2.50 por año per cápita, por lo que ayudar a los pacientes de mayor riesgo costaría US$ 500 millones, pero evitaría 770.000 muertes prematuras cada año. Cada dólar invertido ofrecería US$ 47 de beneficio.

Una de las formas más sencillas para reducir la hipertensión es reducir el consumo de sal. La reducción gradual del contenido de sal en el pan y otros alimentos procesados ha tenido mucho éxito en varios países, con muy pocas señales de resistencia de los consumidores. Reducir la ingesta de sal en un 30% se estima que evita 815.000 muertes prematuras (más del doble de esto si se cuentan también las muertes de mayores de 70).

Por último, hay cerca de 100 millones de personas por debajo de 70 años que sobreviven a su primer accidente cerebrovascular o ataque al corazón y que están en alto riesgo de morir por enfermedades del corazón. Proporcionarles un régimen de múltiples fármacos incluyendo aspirina, medicamentos para bajar la presión arterial y para bajar el colesterol, puede prolongar considerablemente sus vidas. El cos- to es de unos considerables US$ 55, pero ahorrará casi un millón de vidas. Cada dólar proporcionará un beneficio de US$ 7. La elección que enfrenta la comunidad mundial a la hora de acordar el conjunto de metas para después de 2015 no es fácil, pero es vital.

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