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Un fallo fiscal con mala apariencia

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Antonio Mercader
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El fiscal Luis Pacheco consideró que los negocios entre Uruguay y Venezuela concretados años atrás no presentan "hechos de apariencia delictiva" con lo cual pidió y consiguió que la justicia archivara el caso.

Es extraño pues en los últimos 20 años Venezuela y su gobierno bolivariano ganaron fama universal de corruptos gracias a un cúmulo de episodios de flagrante "apariencia delictiva". Por lo visto eso habrá pasado en las relaciones comerciales del chavismo con otros países, pero no con Uruguay en donde todos los tratos fueron virtuosos y con una abrumadora apariencia de honestidad, según se desprende del dictamen de Pacheco.

Ni siquiera las denuncias contra "Aire Fresco", aquella empresa montada por dos tupamaros para intermediar en los negocios entre ambos países, merecieron la atención del fiscal. Una empresa creada para la ocasión que embolsaba jugosas comisiones por las exportaciones a Caracas. El fiscal sostuvo que "Aire Fresco", que ganó una montaña de dólares, fue seleccionada por empresas venezolanas sin intervención —ni sugerencia alguna— de parte del gobierno uruguayo. Difícil de creer, sobre todo porque los hechos ocurrieron bajo el gobierno de José Mujica y los beneficiarios de las comisiones son extupamaros votantes del MPP.

Precisamente, del MPP también surgieron denuncias contra los comisionistas uruguayos. Las hizo el exdiputado emepepista Gonzalo Mujica en lo que marcó el comienzo de su salida del Frente Amplio y la renuncia a su banca. Unidas a la oposición las incriminaciones de Mujica contra el MPP son lapidarias. Él podría decir como José Martí "conozco el monstruo porque viví en sus entrañas". Las entrañas del MPP.

Hoy, ese diputado disidente y crítico del MPP opina que "el fallo sobre Aire Fresco es una indecencia". Sus acusaciones apuntan también contra el Fiscal de Corte, Jorge Díaz, y contra fiscales "más dedicados a hacer mandados para el Frente que a hacer justicia", así como a "resolverle un año electoral tranquilo al Frente Amplio". Esta denuncia es de tal gravedad que no puede pasarse por alto y que merecería como mínimo una investigación parlamentaria.

A ello deben unirse las declaraciones formuladas semanas atrás por la fiscal Graciela Fossati quien afirmó que los fiscales no les gusta investigar a dirigentes políticos o a gobernantes por temor a represalias. Si bien el Frente Amplio impidió que Fossati ratificara sus dichos ante el Parlamento oyó con agrado las explicaciones del Fiscal de Corte, Jorge Díaz, quien ha ido ganando protagonismo en los últimos años. Siempre se dijo que el Fiscal de Corte, funcionario dependiente del Poder Ejecutivo, debía actuar con discreción y sobriedad. No es el caso de Díaz quien parece convencido de que es una suerte de ministro de Justicia en ciernes.

Tal vez llegue a serlo pero si él y algunos fiscales continúan por este camino lograrán desprestigiar totalmente a una institución como la Fiscalía, representante del pueblo en los juicios y con plena independencia del poder político. Ojalá que las inquietudes de Gonzalo Mujica no se confirmen y los fiscales sigan cumpliendo con su deber sin aceptar presiones. Tal como están las cosas esa es una esperanza, no una certeza.

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