Publicidad

La eterna vigilancia

Compartir esta noticia
SEGUIR
Aníbal durán
Introduzca el texto aquí

Hay tantos gobiernos en el mundo que prefieren pensar y actuar por la gente, que espanta. Autoritarios, déspotas, minimizan al pueblo, lo desdeñan, lo tratan como manada.

Cruzamos el charco y lo vemos, entre tantos ejemplos. Por suerte en nuestro país, no pasa. El gobierno ha hecho caudal del tema de la libertad.

Existe una suerte de pleitesía a los aparatos estatales que todo lo abarcan, desde el deporte, divorcios, relaciones comerciales, el arte, la educación….

Como bien dice Benegas Lynch, entre otras consideraciones aquí apuntadas: es hora de comprender que los espacios crecientes del adiposo Leviatán se traducen en disminución en las libertades de las personas.

Días pasados en el Día de la Lealtad (peronista), en Argentina, un cronista le preguntó a un ciudadano que hacía en el acto…y éste no solo no tenía la menor idea, sino que le habían pagado con vituallas para que fuera. Dantesco. Compran la conciencia de gente desvalida y lamentablemente, mentalmente vacua.

Existe una suerte de principio tácito donde se parte de la base de la sabiduría del gobernante en desmedro de la gente y su supuesta ignorancia. ¿Quién lo dijo? Maduro trató a la gente de “ovejas que no deben descarrilarse”. Putin ignora al pueblo ruso, desdeña su opinión y se larga a la guerra, sin ignorar que podría terminar en un conflicto mundial. Ya miles de rusos están huyendo de dicho país ante la verdadera ignominia de los gobernantes.

El hecho de cumplir funciones en el gobierno no transforma en esa persona en una idóneo per se y además con el agregado de subestimar a los ciudadanos que están en el llano.

La gente de ninguna manera puede ser gobernada en cuanto al manejo de sus vidas y sus negocios. Lo mismo pasa con las propiedades. Vuelvo a Argentina. Existe un proyecto de ley mediante el cual, los inmuebles vacíos deben ponerse al servicio de la comunidad. Quién lo dice? La dupla mesiánica de Alberto y Cristina y todos sus adláteres. Pero no existe la propiedad privada? Con qué derecho se arrogan el sacarle una propiedad a un cristiano, cuando éste por ahí la compró con su esfuerzo para que su descendencia la disfrute o en su defecto en algún momento la alquile.

Actúan por ignorancia los gobernantes, creyéndose que Dios los ha iluminado para salvar almas descarriadas y se lo creen. La gente está informada, tiene conocimientos, los multiplica, pero todo eso se anula cuando el planificador de turno impone sus puntos de vista desde el poder.

La altisonancia del burócrata se la cree en el sentido de sentirse superiores, pero como dice Fromm “son débiles mentales puesto que necesitan del dominado para rellenar su esquelética personalidad”.

Los padres fundadores de Estados Unidos decían que el mejor gobierno es el que menos gobierna (como Mujica que decía que la mejor ley de medios es que no existía…), y ahora existe la creencia de que el mejor gobierno es el que más legisla. Cantidad no es calidad y eso nos pasa muchas veces.

Es determinante imaginar límites al poder político para que la democracia que tenemos no se convierta en una cleptocracia, vale decir gobiernos de ladrones de libertades, de propiedades, de sueños de vida, verbigracia, anular la personalidad de la gente.

Volviendo a los padres fundadores de Estados Unidos, ellos insisten que “el costo de la libertad es la eterna vigilancia”.

Por eso el ciudadano además de cuidar su vida personal en todo lo que ello significa, debe exigir que se le respete y no ceder terreno al mandamás de turno. Porque ese poder lo van adquiriendo, se van creyendo dueños de la vida y conciencia de la gente y ya conocemos el final.

La libertad de las personas no viene por generación espontánea; procede de esfuerzos permanentes para alimentarla, consolidarla, sustentarla.

Y aquí juegan distintos conceptos: la pereza mental es uno. Ya nos hemos referido en otras ocasiones. Descansamos nuestro destino en el gobernante de turno, que él actúe y piense por nosotros. Es como ver esas aglomeraciones de gente en distintos países que vivan una causa por la cual no sienten nada, pero que son llevados a cambio de míseras compensaciones que aborrecen el alma humana.

Se impone la tiranía del statu quo que todo quede como está, no muevan olas. Ese espíritu conservador que invade a tanta gente y que ésta acepta en una mezcla de ignorancia y quietismo.

Qué endebles somos los humanos y cuanta arrogancia existe en muchos gobernantes. La autocracia les viene desde las entrañas y en nombre del pueblo, solo logran exterminarlo de a poquito, aboliendo sus derechos, sus inquietudes, sus anhelos, quitándoles la dignidad.

No pueden existir ni las Cristina ni los Putin, ni los Maduro ni los Ortega entre tantos. Constituyen una afrenta a la humanidad, envilecen la confianza en la democracia, pisotean la conciencia de la gente que no podrá salir jamás de ese estado de postración.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premiumAníbal Durán

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad