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“Marea rosa” está en duda

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andrés oppenheimer
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Las posibles victorias de los candidatos izquierdistas en Brasil y Colombia este año podrían convertir a América Latina en una región que será gobernada casi en su totalidad por gobiernos de centro izquierda o de izquierda radical.

Se habla de una nueva “marea rosa” que barre la región. Pero, hay varias razones para no esperar el surgimiento de un poderoso bloque regional.

Por supuesto, si la izquierda gana en Brasil y Colombia, como sugieren algunas encuestas, los siete países más grandes de la región y más del 85% de la población de América Latina vivirán en países dirigidos por gobiernos de centro izquierda o de izquierda.

En Brasil, una encuesta reciente de Datafolha para la votación de primera ronda el 22 de octubre muestra que el ex presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva está por delante del actual presidente de derecha Jair Bolsonaro, 44% a 26%. En una segunda vuelta entre los dos, Lula ganaría con el 56% de los votos.

En Colombia, el ex alcalde izquierdista de Bogotá, Gustavo Petro, lidera las encuestas entre un vasto campo de aspirantes presidenciales para las elecciones de primera vuelta del 27 de mayo. Una encuesta reciente de la firma encuestadora Yanhaas para varios medios de comunicación importantes mostró a Petro con el 25% de los votos, seguido por el 18% que dejó las boletas en blanco y el 13% para el ex alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández.

El presidente electo izquierdista de Chile, Gabriel Boric, asumirá el cargo en marzo, y la presidenta electa de centro izquierda de Honduras, Xiomara Castro, asumirá el cargo el 27 de enero. En otras partes de la región, México, Argentina, Bolivia y Perú están gobernados por populistas de centro izquierda o de izquierda elegidos democráticamente, y los dictadores de izquierda están gobernando en Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Solo Ecuador, Uruguay y algunos países de América Central y el Caribe están gobernados por presidentes centristas o de centro derecha.

Pero hay tres razones principales por las que es poco probable que veamos una fuerte alianza regional de izquierda.

Primero, después de dos décadas de chavismo, Venezuela se ha convertido en una de las naciones más pobres de América Latina, y no tiene ni el dinero ni el prestigio para liderar un bloque regional. Brasil, México y Argentina enfrentan sus propios problemas financieros.

En segundo lugar, habría serias diferencias políticas entre los gobiernos de izquierda de la región. Si bien Venezuela y Nicaragua eran vistas como democracias híbridas a principios de la década de 2000, desde entonces se han convertido en dictaduras despiadadas.

Varios de los nuevos líderes de centro izquierda probablemente tratarán de mantener su distancia de estos regímenes.

En tercer lugar, la marea ideológica puede volverse hacia el centro-derecha en las elecciones de Argentina de 2023 y en las elecciones de México de 2024. En ambos países, a los partidos de oposición de centro-derecha les fue bien en las elecciones de mitad de período de 2021.

Sí, América Latina puede girar más a la izquierda este año. Pero sus líderes no tendrían mucho en común, y algunos de ellos pueden no durar más allá de las próximas elecciones. Es posible que veamos una “marea rosa” en la región, pero es probable que sea bastante superficial y débil.

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