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Más que 135 artículos

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ANDRÉS OJEDA
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Si bien aún está en curso el proceso que lleva adelante la Corte Electoral de validación o rechazo de cada una de las firmas reunidas para refrendar ante la ciudadanía la ley 19.889 (LUC), gradualmente irán moviéndose las campañas electorales detrás de cada una de las posiciones.

Luego de entregadas las firmas se vieron los primeros movimientos, el presidente citó a los ministros para tratar el tema y hará lo propio con los legisladores de la coalición de gobierno. En paralelo, Cabildo Abierto anunció que recorrerá el país en defensa de la LUC, hasta se habla de un debate entre los senadores Manini y Andrade. A su vez, el pasado fin de semana, las principales figuras del herrerismo, el ministro del Interior Heber, el senador Penadés y el expresidente Lacalle Herrera, en el marco de su congreso sectorial, anunciaron una defensa activa de la LUC en todos lados.

Claramente, este referéndum es mucho más que la discusión sobre los 135 artículos en disputa, tiene un enorme simbolismo político, medirán fuerzas oficialismo y oposición para saber quien tiene hoy, a más de un año y medio del balotaje de noviembre de 2019 (y con pandemia de por medio), más respaldo en las urnas.

De estos 135 artículos específicos cuya derogación se pretende, no es casualidad que 36 de ellos tengan que ver con cuestiones relativas a la seguridad pública, representan algo más del 25% del total de los artículos a refrendar y se trata del capítulo con más artículos de la LUC. Podemos anticipar que buena parte de la discusión política pública del referéndum se centrará en las diferentes miradas sobre la seguridad. Ya el expresidente Sanguinetti expresó con meridiana claridad que derogar la LUC significaría “volver a Bonomi”.

Ahora bien, más allá de la defensa directa de los artículos concretos de la LUC que pretenden ser derogados, tenemos que entender que la LUC representa una mirada de la sociedad y cómo atacar sus principales problemáticas, la LUC es -sobre todas las cosas- el punto de partida de un camino de transformaciones. Y cada día me convenzo más de que la mejor manera de defender la LUC es seguir andando a paso firme ese camino. Es decir, seguir con las transformaciones legislativas constantes, marcar agenda desde el gobierno con la mayoría que la coalición tiene en el Parlamento, enviando al Poder Legislativo nuevos proyectos de ley que profundicen lo iniciado en la LUC.

Mucho hay para seguir legislando en materia de seguridad pública, nos debemos proyectos ambiciosos como la reforma integral del Código Penal (que data de 1934), la correlativa armonización del nuevo Código del Proceso Penal, la creación del Ministerio de Justicia que traiga de la mano la concreción de la promesa eterna de ubicar la gestión de las cárceles por fuera del Ministerio del Interior, entre otras.

En la seguridad como en el fútbol, mandan los resultados y los de este gobierno vienen siendo -por destrozo- los mejores en décadas, ¿no será hora de priorizar a la gente y no tratar de quitarle las herramientas al cuadro que viene ganando todos los partidos? ¿O será cierto aquello de que para algunos cuanto peor, mejor?

Ojalá tengamos en el Parlamento muchos nuevos proyectos de ley en la línea de la LUC, porque seguir dando pasos firmes en ese mismo camino es la mejor defensa. Sigamos marcando la agenda y si alguno no está de acuerdo, que vuelva a juntar firmas.

Que no se detenga…

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