Publicidad

Tacones cercanos

Compartir esta noticia
SEGUIR
Ana Ribeiro
Introduzca el texto aquí

La ceremonia de entrega de los Globo de Oro 2018, realizada el pasado domingo 7 de enero, se caracterizó por una verdadera catarata de frases y gestos simbólicos en contra de los abusos. T

Tanto en cine como en televisión, en diversos continentes y grupos sociales, en distintas claves dramáticas, los trabajos premiados se centraron en las mujeres como protagonistas y agonistas.

El momento culminante fue cuando Oprah Winfrey subió a recibir el premio Cecil B. de Mille, que anualmente galardona la trayectoria. Su potente discurso antirracista y de defensa de las mujeres, dicho sin leer y con la estatuilla en las manos, no solamente puso de pie a todos, sino que desató una campaña de rumores y clamores sobre su candidatura a la presidencia: Oprah 2020.

Entre la unanimidad de los discursos y ese acompañar discreto de los varones presentes (¿amedrentados o realmente convencidos?), no faltaban los escotes de vértigo, las transparencias, la cuidada belleza de casi todos los presentes. Hollywood es una industria que trabaja con ella como parte esencial de su razón de ser: ficcionar realidades profundas. Espectacularizar para revelar.

Oprah, exitosa conductora y actriz, influyente crítica de libros, editora, filántropa y la afroamericana más rica del siglo XX; una mujer negra vestida de negro, hablando con un fuego y una furia que opacan el título homónimo del libro más vendido en la última semana en Estados Unidos, evocaba —más allá de sí misma— el nombre de otra mujer.

Ella no la mencionó en la ceremonia de entrega de los Globos, pero lo ha hecho muchas veces antes, señalándola siempre como su mentora, madre, hermana y amiga: Maya Angelou. Oprah y Maya se parecen y no solo en lo físico. Ambas tienen historias de violaciones, racismo, abusos y maternidades tempranas, detrás de los éxitos que las hicieron conocidas y que obtuvieron en base a talentos y porfías inmensas.

Maya Angelou, luego de trabajar como bailarina de clubes nocturnos e incluso como prostituta, logró aprender seis idiomas, recibir tres premios Grammy y un Pulitzer por sus obras de poesía y ensayo, fue amiga cercana de Malcolm X y de Martin Luther King en los sangrientos años 60 que se cobraron la vida de ambos. Publicó siete autobiografías, tres libros de ensayo, varios libros de poesía, obras teatrales, guiones de películas y shows de televisión, todos de gran relevancia. Más de 50 títulos y doctorados honorarios coronaron una obra en la que destaca, luminosa, una de sus biografías: I Know Why the Caged Bird Sings (1969).

Angelou apoyó públicamente a la senadora Hillary Clinton en las Primarias Presidenciales de 2008, para luego apoyar a su vencedor, el senador y luego presidente Barack Obama. Convencida de que Norteamérica estaba "creciendo más allá de las idioteces del racismo y sexismo".

Antes de morir, en 2013, sintetizó su labor diciendo: "Todo mi trabajo, mi vida, todo lo que hago es sobre supervivencia".

Oprah, que también apoyó a Obama, podrá o no ser candidata política, pero lo que quedó en claro la noche de los Globos es que no estábamos asistiendo a un capítulo frívo-lo del feminismo militante contemporáneo, sino a una marcha de tacones en reclamo de sitiales de poder antes vedados.

Ese taconeo ya es un sonido altamente político y no solo en los Estados Unidos.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad