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Una ruleta rusa

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JUAN ORIBE STEMMER

El informe sobre los riesgos globales presentado en la reunión del Foro Económico Global en la localidad alpina de Davos, Suiza, identifica tres grandes peligros para nuestro planeta: las importantes diferencias entre los niveles de ingreso, la deuda de los gobiernos y el cambio climático. Para el Foro, una organización no gubernamental que reúne a líderes del mundo de los negocios y de la política internacional, es posible que las tensiones que se acumulan, por una parte, en el sistema económico global, y, por la otra, en el sistema del clima de nuestro planeta, terminen por combinarse y generen una "tormenta perfecta".

La capacidad de nuestro planeta de absorber presiones y de recuperarse está siendo exigida al máximo por factores económicos, medioambientales, geopolíticos, sociales y tecnológicos. Los riesgos ambientales considerados como más probables y de mayor impacto durante la próxima década incluyen el aumento de las emisiones de gases de invernadero, el fracaso de los esfuerzos para adaptarse a los inminentes impactos del cambio climático, la persistencia de eventos climáticos extremos, y el mal manejo de la tierra y otros recursos naturales.

El editor del informe del Foro, opinó que los riesgos nos advierten acerca de la posible evolución de los sistemas más críticos para el hombre y sostuvo que es necesario fortalecer la resiliencia nacional frente a la amenaza de los grandes riesgos globales, para asegurar que los sistemas continúen funcionando, a pesar de las crisis que pudieran producirse.

La preocupación por la evolución del cambio climático fue reiterada en Davos, por Nicolás Stern, el coordinador del importante informe sobre ese tema publicado por el gobierno del Reino Unido en el 2006, y por el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim.

Stern reconoció que su informe de hace seis años se había quedado corto. En ese documento había concluido que existía un 75% de probabilidades de que las temperaturas globales habrían de aumentar entre dos y tres grados por encima de su promedio de largo plazo para fines de este siglo. Hoy, opina, deberíamos pensar en un incremento de cuatro/cinco grados. Ello aparejaría un aumento de los episodios climáticos extremos, inundaciones frecuentes, desertificación creciente y elevación del nivel del mar. Estos prospectos son muy peligrosos, dijo Stern, y requieren una acción urgente. Se preguntó: "¿deseamos jugar a la ruleta rusa con dos balas, en lugar de una? Para muchos los riesgos son existenciales".

El presidente del Banco Mundial advirtió que aumentos de la temperatura promedio de largo plazo de esa envergadura hacían imprescindible realizar esfuerzos para adaptarse al cambio climático y mitigarlo, en una escala global, comparable a la magnitud del desafío. Un informe del Banco observó que los cambios en el clima parecerían ser no-lineales. No serían graduales. Por lo tanto, si nos aventuramos más allá del límite del aumento de 2 grados para acercarnos al umbral de los 4 grados, como Stern advierte que sería posible, aumentará considerablemente el riesgo de cruzar umbrales críticos. Esto podría generar procesos inesperados de gran impacto para nuestro clima global.

No faltan señales de alarma. Lo que brilla por su ausencia es la acción eficaz, a nivel global, para contener el cambio climático.

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