Publicidad

Lectura rápida

Compartir esta noticia
SEGUIR
álvaro ahunchain
Introduzca el texto aquí

Un viejo chiste de Woody Allen dice “aprendí un método de lectura veloz y leí La guerra y la paz de Tolstoi en quince minutos. Habla de Rusia”.

Parece que un criterio semejante ha aplicado el Pit-Cnt para salir a declarar anteayer que “después de una lectura rápida” la central sindical ya tiene una posición de rechazo al proyecto de reforma previsional. Es lo que tiene el tironeo ideológico dentro de la actual izquierda uruguaya: reinstala el método Ilvem.

A veces cuesta entender la estrategia que subyace a las declaraciones de la oposición. Pero en este caso resulta cristalina: en el Frente Amplio hay plena conciencia de que la reforma es inevitable, razón por la cual han querido postergar su pronunciamiento hasta llegar a un acuerdo interno y, mientras tanto, echan mano al argumento de supuestas disonancias entre los partidos de la coalición republicana. Lo usó hace unos días el intendente Orsi y lo volvió a emplear esta semana Fernando Pereira. Pero la verdad de la milanesa es que, desde Ricardo Ehrlich en 2018 hasta Danilo Astori en 2019 (y pasando por el mismo José Mujica, más de una vez), quienes tenían responsabilidad de gobierno no se cansaban de reconocer que el aumento de la edad de retiro sería una medida imprescindible.

Y ahora, la trágica orfandad de liderazgos lleva a que un dirigente del Partido Socialista haya admitido reservadamente que “se prefiere que el costo político de la reforma lo pague la derecha”, según informa el periodista Ramiro Pisabarro en El Observador.

Pero mientras el FA se toma el tiempo necesario para que tirios y troyanos busquen acuerdos, el Pit-Cnt se apresuró a marcar su posicionamiento contrario. Y esto no debe leerse como una desinteligencia fortuita entre una central sindical y un partido que suelen actuar coordinados. Es un modus operandi que se repite, no solo desde marzo de 2020, sino incluso durante los gobiernos previos a 2005. Los sectores radicales del FA mantienen el control sobre las definiciones del Pit-Cnt, y las utilizan abierta y eficientemente para presionar a la Mesa Política y forzarla a seguirles el tren. Pasó recientemente con el desafortunado referéndum contra la LUC (se quejan de la demora del gobierno en presentar el proyecto de reforma previsional, pero esto fue debido a ellos mismos, que empantaron al país durante un año y medio en una discusión pueril, solo para medir fuerzas electorales). En dicha instancia, los sectores moderados del FA desaconsejaban la juntada de firmas, pero el Pit-Cnt se las puso al hombro y lo único que aquellos lograron fue que al menos se cuestionaran 135 artículos y no la ley in totum.

Ocurrió lo mismo antes del ciclo de gobiernos frenteamplistas. Se recordará que la ley de Ancap fue corredactada por tres legisladores de ese partido (Rubio, Couriel y Astori) con el fin de “mejorar” un proyecto de un solo artículo que simplemente derogaba el monopolio de importación de combustible. Pero eso no impidió que la federación de funcionarios de Ancap se alzara contra la ley, convenciendo para ello a la misma izquierda que la formuló, y lograran juntos hacerla caer.

La pregunta que me hago es simple: los dirigentes moderados del FA, que son quienes tuvieron responsabilidad principal en la conducción económica de sus gobiernos y evitaron cualquier derrape chavista o kirchnerista, ¿dejarán otra vez que se los lleven puestos? No hace falta ser experto en lectura rápida para temerlo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Álvaro Ahunchainpremium

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad