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El pensamiento absoluto

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ALEJANDRO LAFLUF
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El equilibrio que necesitamos hay que construirlo. Pero no hay forma de hacerlo si primero no lo concebimos. Y no hay forma si primero no abandonamos el Pensamiento Absoluto.

Este constituye un paradigma que supone la existencia de un principio de determinación indeterminado, al decir de Fernando Mires (la Conciencia, la Economía, el Estado, la Ciencia, el Dinero, el Mercado) que opera como una instancia absoluta que determina a todas las demás. Si nos dejamos regir por el pensamiento absoluto, no hay nada que equilibrar, porque es la único genuino. Es una forma de pensar y concebir la realidad que no se refiere a una escuela de pensamiento en particular (idealista, liberal, positivista, marxista, keynesiana, monetarista, neoliberal) sino que, por tratarse de un paradigma, las atraviesa a todas.

El pensamiento absoluto lo apuesta todo a una sola herramienta. Piensa que el Estado lo hará todo por nosotros o que la Ciencia o el Mercado lo harán por nosotros. Esto nos ha jugado una muy mala pasada porque nos ha hecho asumir (erróneamente) que los problemas son monocausales.

Tomemos por ejemplo la Pobreza. Si nos dejamos llevar por el pensamiento absoluto, en su versión económica por ejemplo, asumiremos que ella es un estado exclusivamente económico. Acusaremos de cínico o ingenuo a quien nos diga que la fragmentación social contribuye a reproducir el ci- clo de la pobreza o que la ausencia de democracia o de educación, causa tanta o más que la economía.

Si seguimos inmersos en el pensamiento absoluto el equilibrio es inconcebible, pues como reza el dicho: “Si tu única herramienta es un martillo, tenderás a tratar a todas las cosas como si fueran un clavo”. Entender que la realidad es compleja, permite recuperar el pensamiento crítico. Y este permite a su vez, liberar fuerzas, que yacen dormidas en el resto de las instancias, que el pensamiento absoluto ha decidido anular.

El punto de vista extremo es un exceso, un abuso del pensamiento. No se trata de Smith, Marx, Comte, Keynes, Hayek, Friedman, Negri y tantos otros. Los problemas no aparecen con sus teorías sino cuando se les otorga a ellas un carácter absoluto. Tenemos que abandonar este paradigma. Tenemos que dejar de pensar en términos radicales, rescatar lo más valioso de cada una de estas escuelas y abandonar lo que ya sabemos que no funciona. ¿Qué es lo más valioso del Liberalismo económico de Smith? La Libertad. Ella tiene todavía mucho para decirnos, tiene para darnos y sobre todo tiene todavía mucho que enseñarnos. ¿Qué es lo que ya no funciona de ese Liberalismo? La mano invisible. La idea de que lo económico y lo social se autorregulan y nos conducen por sí mismos al equilibrio y por tanto, que la política está de más. ¿Qué es lo más valioso del Marxismo? El Capital y el Trabajo ¿Qué es lo que ya no funciona del Marxismo? La lógica del Amo y el Esclavo, la idea de que la economía determina todas las manifestaciones del espíritu humano, lo que pone en peligro a la democracia al restarle valor a la política ¿Qué es lo más valioso del Positivismo de Comte? La Ciencia. ¿Qué es lo que ya no funciona de ese Positivismo? El Cientismo. La idea de que la Ciencia es la única capaz de liquidar y resolver para siempre nuestras dificultades y por ello, la política está de más. ¿Qué es lo más valioso de Keynes? El Estado y la importancia de las políticas públicas ¿Qué es lo que ya no aplica del Keynesianismo? El Estatismo. Y no solo porque conduce al déficit y a la inflación sino porque desconsidera el Mercado y el papel valioso que juega la iniciativa privada. ¿Qué es lo más valioso del Monetarismo? El Crédito. El crédito es como la lluvia para una economía ¿Qué es lo que ya no funciona? La idea de apostarlo todo al dinero y a la especulación desconsiderando la productividad y rentabilidad de las inversiones. Si la lluvia cae sobre nada, el crédito se convierte en endeudamiento. ¿Qué es lo más valioso del Neoliberalismo de Friedman? El Mercado. El Mercado es un ámbito insustituible para que se encuentren la oferta y la demanda, para que se formen los precios y para que aparezcan las señales genuinas que necesita la inversión ¿Qué es lo que ya no funciona del Neoliberalismo? La idea de apostarlo todo a un mercado completamente desregulado. La idea de arrinconar al Estado privándolo de sus bases internas de tributación, todo lo cual, ya sabemos, conduce al desamparo (darwinismo social) a la pobreza y a la exclusión social. ¿Qué es lo más valioso del Globalismo de Negri? La Globalización y la interconectividad de los sistemas. ¿Qué es lo que ya no funciona? La idea de que la globalización del capital solo acarrea efectos perversos. La idea de que alguien más, lo hará por nosotros. Que la globalización nos golpeará a la puerta portando consigo la integración y el comercio que necesitamos, sin advertir que esto solo es bueno si nos enganchamos de la mejor manera y construimos las salvaguardas necesarias. De lo contrario, esa misma globalización nos puede destruir o, peor, nos puede ignorar.

Si algo nos demostró Einstein -decía Ortega y Gasset- es que el punto de vista absoluto -lo que los antiguos llamaban “sensorium dei” (el ojo de Dios)- no existe porque nadie puede pretender observarlo todo desde ningún lugar. El que mira, lo hace siempre desde un punto y por ese motivo tiene necesariamente una perspectiva de las cosas. A partir de Einstein, los enfoques se multiplican y se legitiman, pero sobre todo, y es lo que importa, ya nadie podrá imponerle a otro su visión, presentándolo como absoluto. Einstein no nos deja otra alternativa que dialogar y confrontar democráticamente nuestras miradas. Hacerlo significa abandonar el extremismo y abrir por fin la posibilidad de un Equilibrio.

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